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Barberá oculta el coste del futuro circuito de fórmula 1

Camps afirma que el proyecto es factible sin afectar al urbanismo

"Oculta el coste, el diseño y las negociaciones". Así resume Rafael Rubio, portavoz socialista en Valencia, la información que da Barberá sobre un futuro circuito urbano de fórmula 1. El PSPV cree que no llevar los coches al circuito Ricardo Tormo de Cheste obedece a intereses de empresas allegadas al PP. El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, afirmó que el proyecto es factible sin afección urbana.

Un puente levadizo de 80 metros para atravesar la dársena interior del puerto, un túnel que evite las vías del tren en le barrio de Nazaret, asfalto especial cerrado al tráfico varios días... Son algunas de las innumerables reformas que tendrían que llevarse a cabo en Valencia, según Rubio, para que una carrera de fórmula 1 discurra por un circuito urbano a partir de 2009.

Los intereses económicos, de las empresas ligadas a los proyectos que el PP emprende en la ciudad son, para los socialistas, los promotores de la idea. "Al final, detrás de todos los grandes actos están los mismos beneficiados de siempre, los contratistas de obras públicas". Rubio llegó a esta conclusión después de que el Ayuntamiento haya eludido responder a diversas preguntas parlamentarias de su grupo sobre el coste, el diseño y las negociaciones del proyecto.

A pesar de la desconfianza de la oposición municipal, el posible trazado es una idea que ronda la cabeza del máximo dirigente de la fórmula 1, Bernie Ecclestone. Con unos planos bajo el brazo y acompañado de algunos técnicos, el jefe máximo de este deporte paseó por las inmediaciones del nuevo puerto de Valencia el pasado noviembre. La visita fue de incógnito, aunque es probable que aprovechara el viaje para negociar con la Generalitat Valenciana.

El proyecto no está cerrado pero es "factible". Francisco Camps, presidente de la Generalitat, se pronunció ayer en Madrid sobre las conversaciones que mantiene con Ecclestone. Evitó dar por seguro el acuerdo, pero su discurso dejó poco margen al equívoco sobre el desenlace. "Aún no hemos cerrado el proyecto", anunció sin especificar si la competición llegará a Valencia en 2008 o 2009. Sí dejó claro lo avanzado de las conversaciones al asegurar que el proyecto no tendrá coste para las arcas públicas (el precio será "neutro", aseguró) y la "afección a la trama urbana de la ciudad será cero", informa Rosa Biot.

Aunque es el equipo de Camps el que lleva las negociaciones -el propio presidente negoció hace un año con Ecclestone en Londres- Rubio acusó a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, de esconder un posible interés especulativo. El próximo mes de marzo, un jurado decidirá la empresa adjudicataria del PAI (Plan de Actuación Integrada) del barrio del Grau, por donde pasaría el circuito. "No olvidemos que Barberá forma parte del jurado", advirtió el portavoz socialista. El paso del circuito por ese barrio supondría una revalorización automática y espectacular de sus inmuebles.

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Para el PSPV la solución está a 20 kilómetros de Valencia, en Cheste. "A ninguna persona cabal se le pasa por su cabeza hacer un circuito urbano teniendo un trazado de moderno donde caben 125.000 personas.", explicó. El Ayuntamiento no tardó en acusar a los socialistas de ir en contra de los intereses de los valencianos. "Esperemos que sus declaraciones no perturben nuestro objetivo de acoger una prueba", respondió Cristóbal Grau, concejal de deportes del PP.

El protagonista de la película. Fernando Alonso, ya ha dejado claro dónde están sus preferencias. "Sería un pecado no aprovechar Cheste", afirmó. El circuito Ricardo Tormo fue elegido el pasado año como el escenario mejor organizado del campeonato mundial de motociclismo. Una adaptación de su trazado costaría cerca de tres millones de euros. Eso sí, el poderoso Ecclestone lo dejó claro en la presentación de McLaren. "Si la fórmula 1 viene a Valencia será a la ciudad".

Los intereses de Agag

Una cara conocida rondó entre las esferas institucionales en la Ciudad de las Artes y las Ciencias el pasado 15 de enero, en la presentación del nuevo coche de Fernando Alonso. Era Alejandro Agag, yerno del ex presidente del Gobierno, José María Aznar, y socio del antiguo jefe del bicampeón español, Flavio Briatore, cuyos negocios automovilísticos despiertan las sospechas de la oposición socialista.

"Que nos lo diga la alcaldesa ¿Quién es el promotor? ¿Quién ganaría mucho dinero con todo esto?", exclamó ayer repetidamente Rafael Rubio, portavoz municipal del PSPV. "Un circuito no sólo es el trazado. Está la empresa que lo explota, los derechos televisivos...", insinuó.

El yerno del presidente de honor del PP es el encargado de gestionar los derechos audiovisuales de las pruebas de automovilismo en España. Además, es uno de los responsables de la explotación exterior del merchandising de Fernando Alonso. Sin duda, otro Gran Premio en España supondría una opción interesante para las cuentas de Agag.

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