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Reportaje:

La paz se siembra en la escuela

Manuel Marín inaugura las jornadas por la tolerancia de un instituto sevillano

"Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz", reza la declaración de los principios de la cooperación cultural internacional de la Unesco. A esta frase hicieron referencia el presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín; y el presidente de la Fundación Cultura de Paz, Federico Mayor Zaragoza, durante la inauguración de las jornadas La escuela, promotora de una cultura de paz, que comenzaron ayer y continúan hoy en el Instituto Inmaculada Vieira, de Sevilla.

El equipo de profesores que ha organizado estas jornadas presentó ayer también su libro recién publicado: Sembrando semillas de cultura de paz en el Polígono Norte sevillano. "No es un estudio, sino una galería de retratos de la vida de un barrio que necesita ser atendido desde su raíz", explicó Trinidad Lorenzo, una de las creadoras de las jornadas, que cuentan con 21 foros temáticos, conferencias y actuaciones.

Chamizo: "Relegamos a los jóvenes porque cuando se juntan, molestan"

Junto a Marín estuvieron la directora general de Participación y Solidaridad de la Junta, Mercedes González; el defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo; el cardenal Carlos Amigo y el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. Tanto Marín como el resto de los asistentes a la primera sesión de estas jornadas, que este año cumplen su séptima edición y cuentan ya con la participación de 77 institutos, hicieron referencia a la importancia de aprender la tolerancia desde la niñez, a través de la educación en la escuela y en la familia.

Algunos fueron optimistas, como el alcalde de la ciudad, que destacó las acciones realizadas en muchos barrios sevillanos; o la directora general, que alabó el programa Escuela de Paz creado por su Consejería.

Otros, como Mayor Zaragoza o el cardenal Amigo, recordaron que el camino para la paz no puede ser, como se enseñaba en otros tiempos, "el de la guerra", según palabras de Mayor Zaragoza. "La paz no quiere treguas ni violencias, quiere paz", sentenció Carlos Amigo. Chamizo, por su parte, reivindicó un mayor diálogo entre jóvenes y adultos para promover la paz: "En las ciudades relegamos a los jóvenes a grandes espacios porque cuando se juntan, molestan", denunció.

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El presidente del Congreso se quitó el uniforme de trabajo y confesó a título personal sus impresiones sobre la situación actual de la sociedad con respecto a la paz: "El siglo XX fue uno de los más cruentos de la Historia, pero cuando en 1989 cayó el muro de Berlín y terminó la Guerra Fría, muchos creímos que se enterraba el equilibrio del terror. Sin embargo, cuando se produjo la guerra de los Balcanes y con ella una limpieza étnica en el seno de la vieja Europa, me quedé perplejo", recuerda el presidente, que atribuye la causa de la violencia a los "fundamentalismos", ya sean de tipo religioso o identitario. "En España hay fundamentalismo. Se piensa que es algo lejano, pero también ocurre en las sociedades desarrolladas".

En su opinión, el debate sobre las responsabilidades de la escuela y la familia en la educación es "algo superficial". "Debe haber una ecuación entre ambas instituciones, prevaleciendo la familia", dijo.

Para Marín, en España, además de buenas leyes, "es necesario saber usarlas". En este sentido, criticó la "basura" que entra en las programaciones televisivas, a pesar de existir un código de TV, y retó a los líderes a aplicar la norma: "¿Cuándo vais a atreveros a poner una multa?", propuso.

El presidente reconoció sentirse avergonzado cuando le llegaban críticas al Congreso: "Me dicen que cómo nos consideramos con derecho a hacer leyes por la paz si la imagen que transmite la cámara es lamentable. Por eso, creo importante hacer de la paz un elemento constante en nuestras actitudes".

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