Royal pide a Chirac que intervenga para que Sarkozy deje Interior

El fulgurante arranque del candidato gubernamental a la presidencia de Francia, Nicolas Sarkozy, ha encontrado su primer bache. Su principal rival, la socialista Ségolène Royal, pidió ayer públicamente al presidente Jacques Chirac que intervenga para que Sarkozy deje su puesto de ministro del Interior, desde el que controla los servicios de información de la policía, los Renseignements Generaux (RG), que han admitido haber investigado a un colaborador de Royal, como publicó el miércoles el semanario Le Canard Enchaîné.

Los RG reconocieron que han realizado una investigación sobre Bruno Rebelle, uno de los colaboradores de Royal, pero negaron que lo hubieran hecho obedeciendo una orden política del gabinete del ministro del Interior. En una nota oficial indicaron que en sus archivos hay un informe con "elementos biográficos" del consejero de la campaña de Royal, que fuera antiguo responsable de la asociación ecologista Greenpeace en Francia.

La ficha, señaló un alto cargo de los RG, había sido "actualizada automáticamente y sin una orden", añadiendo que es "normal" que se investigue a Rebelle en razón de su pertenencia a una organización que propugna la "contestación medioambiental, aunque sea no violenta".

Los abogados de Rebelle presentaron ayer una denuncia en los tribunales, para que se determine "en qué condiciones y por qué medios" se había investigado a su cliente. Según Le Canard Enchaîné, la ficha sobre Rebelle contendría informaciones sobre su divorcio y sobre la compra de un coche en 1990.

Sarkozy lo ha negado rotundamente y califica de "ridículas" las acusaciones, pero ha evitado entrar en polémica, ni siquiera extenderse sobre el tema. "Sería mejor que controlen sus nervios y conserven la calma", se limitó a decir. Ha sido la gente de su equipo, como es habitual desde que arrancó la campaña, la encargada de cargar contra Royal y los socialistas. Para el ministro de Administraciones Territoriales, Brice Hortefeux, un próximo del candidato conservador, "todo este asunto es un chiste y una fantasía", y se trata simplemente de un "intento de los socialistas de desviar la atención de los patinazos de la campaña de Royal".

Sin embargo, el supuesto espionaje que denuncia Le Canard Enchaîné y que han retomado otros medios pone en evidencia uno de los puntos flacos de la candidatura de Sarkozy: los muchos sombreros que lleva. Es candidato, presidente de la gubernamental Unión por un Movimiento Popular, ministro de Estado y del Interior. Tiene acceso a todos los medios del Gobierno -incluidos transportes e infraestructura- y dispone de información privilegiada. Los socialistas, insistiendo en este punto, saben que tienen una herida abierta.

Royal emprendió ayer un viaje hacia la Martinica, en el Caribe, dejando atrás una semana negra en la que ha cometido unos cuantos fallos y ha visto cómo el impetuoso arranque de su contrincante le restaba puntos en los sondeos. "No todo puede estar permitido en una campaña electoral", dijo la candidata socialista, que denunció la "organización de ataques generalizados a todos los niveles, incluidos sobre la vida personal".