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Las autoridades de Malí normalizan las repatriaciones y alaban la política de inmigración española

Moctar Ouane, ministro de Asuntos Exteriores de Malí, alabó ayer la política de inmigración española por "novedosa" y "positiva", durante la firma del acuerdo sobre regulación de flujos migratorios, celebrada ayer en Madrid con ocasión de la visita del presidente maliense, Amadú Tumani Turé. El acuerdo, que dedica amplia atención y normaliza las repatriaciones de los sin papeles, es el tercero de este tipo, que Exteriores denomina de "nueva generación", alcanzado por el Gobierno español con países del África subsahariana. Los dos precedentes se firmaron con Gambia y Guinea Conakry.

"España ha decidido tener una agenda con África distinta de la habitual de guerras y hambrunas", dijo Ouane. "Proyecta, así, una mirada positiva y una perspectiva nueva, a la que queremos responder", añadió, antes de firmar el acuerdo con su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos.

El acuerdo alcanzado ayer, como los dos anteriores, aborda primero la ordenación de la inmigración legal, para la que Bamako prevé poner en marcha en febrero una oficina europea de contratación, la integración de los inmigrantes, las ayudas a su retorno voluntario y la cooperación al desarrollo de Malí, en tanto que único medio eficaz a medio plazo para moderar el éxodo. El deber de readmitir a los emigrantes sin papeles se declara en el contexto de la lucha contra el tráfico de seres humanos y se regula luego en un amplio anexo, que quedó pendiente de ser negociado por una comisión mixta de representantes de ambos países.

Malí, que después de Senegal es el segundo país subsahariano del que parten más emigrantes ilegales hacia España, aceptó en los últimos meses la repatriación de unos 600 nacionales. El acuerdo de ayer viene a dar base jurídica y carácter estable a esas prácticas de hecho.

Moratinos reconoció que "es verdad que los problemas migratorios han puesto en evidencia la necesidad de reforzar nuestros lazos el África subsahariana" y, en concreto, con Malí, un Estado que, hasta 2005, sólo había pisado una autoridad española: Marcelino Oreja, en 1978, como ministro de Exteriores. El panorama empezó a cambiar hace dos años. España abrió Embajada en Bamako el pasado agosto, con el añadido de una Oficina de Cooperación que gestionará el Convenio de Cooperación firmado también ayer.

La ayuda oficial española a Malí ha pasado de los 1,7 millones de euros que le fueron asignados para el quinquenio 2001-2005 a los 5,3 millones de euros del año 2006, que está previsto que se conviertan en 10 millones de euros durante 2007. El país africano tiene concedido, además, un crédito del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) por 5 millones de euros.

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