Cataluña estudia imponer un canon a los pisos vacíos
Un total de 38 familias catalanas sufrieron algún asalto con violencia en sus viviendas el año pasado. Casi la mitad de estos robos, que han creado una fuerte alarma entre los vecinos de las urbanizaciones, se concentraron en los últimos tres meses de 2006. En lo que va de año, ya se han producido otros tres robos con fuerza: en Barcelona, Girona y Lleida. Los datos facilitados por los Mossos d'Esquadra no incluyen los asaltos en la provincia de Tarragona, donde la seguridad está en manos del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil.
En 2006 también aumentaron en Cataluña (un 25%) los asaltos llamados silenciosos: se perpetraron 553, frente a los 442 del año anterior. En este tipo de delitos, los ladrones, habitualmente grupos organizados de países del Este, entran en las viviendas de noche y se hacen con el botín sin que la familia se dé cuenta. A diferencia de los robos violentos, la mayoría de los silenciosos se concentró en los meses de primavera.
Para prevenir este tipo de delitos, los mossos han puesto en marcha un operativo especial, integrado por 328 agentes, que se encargará exclusivamente de vigilar las urbanizaciones y áreas residenciales más conflictivas.
Los informes de la policía autonómica catalana señalan que los asaltos a domicilios particulares mediante el uso de la fuerza han aumentado de forma considerable en los últimos meses. Octubre, noviembre y diciembre concentraron casi la mitad de los robos violentos perpetrados en 2006. Los datos proceden de las denuncias presentadas por los ciudadanos. De los 38 casos denunciados, la policía ha resuelto 11. Los otros 27 están siendo investigados. El asesinato del empresario de Sant Cugat Joan Alsina no está incluido por el momento en ninguna tipología.
Los asaltantes suelen ser grupos organizados de Europa del Este y, en especial, de origen albanokosovar. Las víctimas son, por lo general, familias que residen en urbanizaciones o en chalets más o menos aislados de los núcleos urbanos.
Esta ubicación es lo que facilita la tarea de los delincuentes -que además suelen actuar de noche- y lo que dificulta la actuación policial, incapaz de controlar los cientos de viviendas y segundas residencias dispersas por media Cataluña. La violencia desmesurada y gratuita empleada en algunos de estos asaltos ha hecho saltar la alarma en los habitantes de muchas urbanizaciones.
El pasado 15 de diciembre, tres ladrones encapuchados robaron y apalearon a un empresario de Lloret de Mar (Selva). La semana anterior, otro grupo de asaltantes entró en la vivienda de un promotor inmobiliario de Begur y, al no conseguir su botín (dinero, joyas), secuestró por unas horas al hijo menor de la familia. El día 9 de ese mismo mes, un grupo de albanokosovares intentó robar en la casa de la familia de joyeros Tous. Uno de los presuntos ladrones fue abatido a tiros por el jefe de seguridad y yerno de la familia, Lluís Corominas.
[Corominas seguirá en prisión acusado de este homicidio ya que la Audiencia de Barcelona desestimó ayer el recurso de apelación que presentó su abogado, Carlos Bueren. La Audiencia considera que existe riesgo de fuga evidente por la posible pena que se le pueda imponer, por el "poderío económico de la familia" y por la "personalidad un tanto impulsiva" del acusado].
En lo que va de año, según avanzó ayer el intendente de los Mossos, Joaquim Bayarri, ya se han contabilizado en Cataluña tres asaltos con violencia: en la urbanización Mil Pins de Les Franqueses (Vallès Oriental, Barcelona), en Sant Climent de Peralta (Baix Empordà, Girona) y en la ciudad de Lleida.
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