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Crónica:Fútbol | 19ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Villa ensalza al Valencia

El conjunto de Quique Flores, dirigido por Albelda y Silva, acecha el liderato ante una buena Real

La primera se fue a las nubes. Altísima, violenta e imprecisa. Un petardo. La segunda buscaba el larguero antes de que Bravo metiera la manopla, pero iba franca y centrada. La tercera, más tocada, menos violenta y más ajustada, superó la barrera y dejó al buen portero Claudio Bravo mirando las musarañas de la red, donde se alojaba el balón. Los tres disparos los ejecutó el dispar Villa, obsesionado con el gol, que se le resistía en 2007, pero con una insistencia y una jerarquía envidiables en el equipo. Las tres faltas las lanzó Villa en apenas media hora sin que nadie rechistara. Bien es verdad que las tres fueron en su radio de influencia, demostrando la inocencia de la defensa realista para cometer faltas inoportunas, cuando no innecesarias.

REAL SOCIEDAD 0 - VALENCIA 1

Real Sociedad: Bravo; López Rekarte, Víctor López, Mikel González, Garrido; Juanito, Aranburu; Xabi Prieto, Jesuli (Savio, m. 51), Uranga (Herrera, m. 71); y Kovacevic (Skoubo, m. 63). No utilizados: Riesgo; Labaka, Garitano y Diego Rivas.

Valencia: Cañizares; Miguel, Albiol, Ayala, Curro Torres; Angulo (Joaquín, m. 81), Albelda, Marchena, Silva; Villa (Hugo Viana, m. 92) y Morientes (Vicente, m. 72). No utilizados: Butelle; Jorge López, Cerra y Pallardó.

Gol: 0-1. M. 28. Falta de Aranburu a Silva que transforma Villa superando la barrera y sorprendiendo a Claudio Bravo.

Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Mikel González, Aranburu, Ayala y Albelda.

19.834 espectadores en Anoeta.

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Savio, igual que ayer

La tercera, por pundonor, la clavó Villa y el Valencia se llevó el partido, logró su sexta victoria consecutiva en la Liga y borró los fantasmas de la Copa, en la que el Getafe no sólo le eliminó, sino que le ninguneó sin reparo. Todo el cielo que se le abrió al Valencia se le cerró a la Real, que llevaba cinco partidos sin perder en Anoeta y ahora está a seis puntos de la salvación.

Los goles, sin duda, otorgan la gloria y Villa se llevó ayer su ración. Pero el Valencia, es decir el equipo sólido, con oficio, no siempre brillante, casi siempre eficaz, tuvo otros dos nombres propios más sobresalientes. Uno, Albelda, el faro, el guía, la referencia, el poste y el guardia de circulación; otro, Silva, probablemente el mejor joven (21 años) del fútbol español: alegre, táctico, técnico y laborioso. Ambos mantuvieron el pulso del Valencia, que salió mandando, reculó tras el gol, contemporizó tras el descanso y aceleró al final.

La Real fue más de lo mismo, pero con una noticia prometedora. Sus delanteros no marcan y sus centrocampistas no crean, pero ayer debutó Savio y a Anoeta se le abrieron los ojos. El brasileño rompió siempre a Miguel por su costado, puso centros envenenados, lanzó un tiro crudo que salvó Ayala bajo los palos y envió un libre directo al poste de Cañizares, ya superado. La verdad, no se le puede pedir más a un debutante que salió en el minuto 51 con el partido cuesta arriba. También debutaron los otros dos fichajes. El central Víctor López, que fue titular, dejó detalles de colocación y algunas dudas con el balón en los pies. El medio punta Herrera, con 20 minutos, pasó inadvertido.

Quizá no fue el mejor partido del Valencia, ni desde luego el peor de la Real, que incluso marcó un gol (Uranga), bien anulado por un árbitro auxiliar con el centímetro exacto en los fueras de juego. Su actuación fue impecable.

Es tal la impronta de Albelda y Silva en el Valencia actual que la banda derecha casi no existió. Silva pide, se mueve, reclama continuamente el balón. Y Albelda se ha especializado en los balones largos y cruzados. Como es derecho, siempre van a la izquierda. Así, Angulo tuvo un papel muy testimonial mientras Miguel prefería guardar la ropa que nadar por su costado.

La Real resultó más variada, pero le cuesta un mundo fabricar ocasiones de gol. Kovacevic, sin asistencias, está un poco desesperado con la situación y consigo mismo (no marca un gol desde la octava jornada de la pasada temporada). Así, se emplea en un movimiento continuo, en un destajismo enternecedor, pero siempre lejos de su hábitat natural. La salida de Skoubo, otro inédito en la presente campaña, apenas varió el panorama.

Mientras tanto, el Valencia oponía cabeza al corazón de la Real. Por momentos, parecía tambalearse y a punto de entregar dos puntos de los tres que parecían conseguidos. Lo que estaba claro es que no era el día de los delanteros a la antigua usanza. O no era el de Kovacevic y Morientes. O ellos no estaban para el partido. Y se fueron pronto. El partido era de otros. Se lo llevaron entre Albelda, Silva y Villa, aunque Savio pudo recuperar la parte del botín que justamente le correspondía a la Real.

Villa, con el balón controlado, es acosado por Mikel González.
Villa, con el balón controlado, es acosado por Mikel González.JESÚS URIARTE

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