El Kremlin pretende limitar drásticamente el derecho de manifestación en Rusia
El partido de Putin quiere prohibir las marchas antes y después de las elecciones
Un grupo de diputados de Rusia Unida, el partido progubernamental que domina el Parlamento, ha prensentado un proyecto de ley que limita drásticamente la posibilidad de celebrar manifestaciones y que las prohíbe en las dos semanas previas y posteriores a las elecciones. El proyecto de modificación de la Ley de Reuniones, Mítines, Manifestaciones, Marchas y Piquetes lleva también la firma de Ígor Lébedev, jefe del grupo parlamentario del nacionalista Partido Liberal-Democrático y de Guennadi Selezniov, ex presidente de la Duma o Cámara baja rusa.
El documento ha sido criticado por numerosos políticos, defensores de derechos humanos y la prensa como un atentado a la libertad de expresión y de reunión, pero aparentemente cuenta con el respaldo del Kremlin.
De aprobarse el proyecto, no sólo los juzgados por "actos terroristas" tendrán prohibido organizar actos masivos, sino también aquellos ciudadanos y asociaciones que hayan sido "advertidos o prevenidos sobre la inaceptabilidad de realizar actividades extremistas". Además, el documento amplía la lista de lugares en los que no se permite realizar actos públicos.
Pero la principal novedad del proyecto de ley consiste en que las autoridades podrán impedir la celebración de mítines y piquetes que ya han sido anunciados y para los que se tiene permiso. Más aún, los gobernadores podrán declarar una moratoria de un mes a la realización de manifestaciones en la región.
Ataque a la democracia
Iván Járchenko, vicejefe del grupo parlamentario Patria, considera que el documento "refleja miedo" por parte de los que hoy ostentan el poder e indudablemente representa un "ataque a la democracia". El vicepresidente del Partido Comunista, Iván Mélnikov, opina que las modificaciones propuestas se enmarcan en "el espíritu autoritario" de una serie de decisiones anteriores y advirtió de que su grupo votará en contra del proyecto. La oposición democrática -la Unión de Fuerzas de Derecha y el partido liberal Yábloko- coinciden en que el documento que prohíbe los mítines antes y después de las elecciones refleja exclusivamente los intereses de Rusia Unida.
La prohibición de celebrar manifestaciones en los 15 días posteriores a los comicios estaría dirigido, según opinan algunos políticos como el demócrata Vladímir Rizhkov, a prevenir las llamadas "revoluciones de colores", como la naranja en Ucrania, la de las rosas en Georgia o la de los tulipanes en Kirguizistán: todas estas revueltas se iniciaron precisamente en el periodo pos-electoral, cuando la gente salió a las calles a protestar por la falsificación de los resultados de las votaciones populares.
El nuevo proyecto también ha sido criticado por partidarios del Kremlin. Así, Serguéi Mirónov, presidente del Consejo de la Federación o Cámara alta rusa, subrayó que, según la ley vigente, todo partido tiene derecho a realizar mítines durante las campañas electorales. Incluso en el seno de Rusia Unida se han levantado voces de protesta. Guennadi Gudkov, vicejefe del Comité de Seguridad de la Duma Estatal, se mostró "categóricamente en contra".
Los activistas de derechos humanos critican el proyecto por permitir, de hecho, la prohibición de cualquier mitin y dejar a los partidos políticos y otras organizaciones indefensas ante las autoridades locales, que podrán abusar de sus facultades y prohibir toda manifestación de protesta. Oleg Orlov, que encabeza el centro Memorial, señaló que "algunas normas del proyecto de ley son tan detestables que al primer intento de aplicarlas recurriremos al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y estamos convencidos en un 100% de que ganaremos el proceso".
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