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La UPV edita la obra completa del poeta Javier de Bengoechea

'A lo largo del viaje' incluye tres poemarios inéditos escritos en los últimos 30 años

Después de más de 40 años sin que la poesía de Javier de Bengoechea fuese publicada, salvo un libro dedicado en 1994 a la pintura, otra de sus grandes pasiones, la Universidad del País Vasco (UPV) ha reunido en el volumen A lo largo del viaje su obra completa, recopilada por el escritor José Fernández de la Sota. Tres poemarios, escritos en las últimas tres décadas, se hallaban inéditos. "Es el más importante poeta vasco vivo en castellano", recalca Fernández de la Sota.

José Fernández de la Sota resalta que la poesía de Javier de Bengoechea (Bilbao, 1919) es melancólica e irónica y que sus libros han conseguido a la vez alcanzar la levedad y la hondura. El poeta responde que la melancolía forma parte del carácter de "casi toda la poesía" y, haciendo gala de una elegante ironía, añade que "puede que haya en ello algo de pose" de "un fracasado social".

De la Sota se suma a los críticos que consideran a Bengoechea el más importante poeta vasco vivo en castellano. Pertenece, añade, al grupo de la mejor poesía vasca de posguerra junto a Blas de Otero, Gabriel Celaya, Gabriel Aresti y Ángela Figuera.

Abogado de profesión, amigo de Otero, ex director del Museo de Bellas Artes de Bilbao y crítico taurino, Bengoechea consiguió el reconocimiento con sus dos primeros libros, que vieron la luz en la primera mitad de la década de los 50. Con Habitada claridad, logró el accésit del Premio Adonais en 1950. Hombre en forma de elegía ganó ese mismo galardón cinco años más tarde. "El mundo siguió girando lo mismo que antes de conseguir el premio. Solamente las revistas especializadas me pidieron colaboraciones", recuerda Bengoechea en el prólogo del volumen.

En 1959 publicó Fiesta nacional y después llegó una larga etapa de silencio. Nunca dejo de escribir poesía, pero no quiso que fuese editada. La vanidad nunca ha rozado a Bengoechea, asegura De la Sota, y prefirió retirarse ante el auge de la poesía social. Bengoechea lo explicó en un poema: "Yo deje de escribir por si alguien me leía. / El deber era hacerlo para todos y a gritos". Ahora parece recordarlo sin amargura: "La poesía social era heroica en aquellos tiempos. La sinceridad era vista con recelo. Yo sentía la causa, pero no la forma de hacer poesía".

Fernández de la Sota ha sumado en su trabajo a los cuatro libros publicados por Bengoechea otros tres poemarios inéditos que llegan hasta sus escritos más recientes: Pastiches, divertimentos y otras melancolías (1974-1994), Del corazón y sus asuntos (1978-2005) y Hojas sueltas (1979-2005).

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