La economía alemana creció en 2006 un 2,5%, la mayor cifra desde el año 2000
Por primera vez desde 2001 el déficit público alemán se mantuvo por debajo del 3%
La locomotora germana, la principal economía de la Unión Europea, vuelve a ponerse en marcha. El producto interior bruto alemán creció en 2006 un 2,5%, una cifra que no había alcanzado desde el año 2000, según los primeros cálculos del Instituto Federal de Estadística, hechos públicos ayer en Francfort. Además, por primera vez desde 2001, el déficit público alemán pudo mantenerse por debajo del 3%, cumpliendo al fin, y tras cinco años de suspenso, el principal criterio del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). Para este año se espera que el PIB suba un 2%.
El nuevo dato de la expansión anual del producto interior bruto (PIB) confirmaba ayer que Alemania ha salido de su estancamiento, al menos de momento. Para 2007 se espera que la subida del IVA de tres puntos, en vigor desde el pasado día 1 de enero, frene el crecimiento por debajo del 2%.
Depurado de efectos de calendario, 2006 trajo consigo un crecimiento económico del 2,7%, debido a que el año tuvo dos días laborales menos que 2005. Estas cifras son provisionales y serán revisadas en próximas publicaciones.
Por primera vez en largo tiempo, el peso de la economía se soportó el año pasado la demanda interna, con una contribución al crecimiento del PIB de 1,7 puntos porcentuales, después de un largo periodo en que eran las exportaciones el motor de Alemania. El superávit comercial contribuyó con 0,7 puntos a la expansión. La inversión se disparó en 2006. La formación bruta de capital fijo registró el mayor aumento, 5,3%, desde la reunificación alemana. La inversión en bienes de equipo se incrementó un 7,3%, mientras que en construcción lo hizo un 3,6%, después de un largo periodo de estancamiento de este sector.
También el consumo pudo tirar de la economía el año que acaba de terminar. El consumo del Estado creció un 1,7% con respecto a 2005, mientras que el privado lo hizo un 0,6%, algo atribuible en parte al adelantamiento de las grandes compras ante la anunciada subida del IVA.
La balanza comercial volvió a registrar superávit, con un aumento del 12,4% en las exportaciones y del 12,1% en las importaciones. Los sectores que más contribuyeron a la expansión fueron la construcción, con un 4%, y el sector manufacturero, con un 4,9%.
Pero uno de los indicadores que evolucionaron de manera más espectacular el año pasado fue el paro. En diciembre de 2006 había en Alemania casi 600.000 desempleados menos que en el mismo mes de 2005, según la Agencia Federal de Empleo. La cifra de parados asciende en este momento a 4.008. 000 personas, un 9,6% de la población activa. Un total de 39,1 millones de trabajadores hicieron posible que el PIB alcance los 2,303 billones de euros, según el Instituto de Estadística.
La mala noticia es que la horquilla entre los ingresos de los trabajadores y los de las empresas se abre cada vez más. Mientras que los trabajadores vieron aumentar sus sueldo sólo un 1,3%, las empresas elevaron sus ingreso un 6,9%. Los salarios netos apenas subieron en 2006 un 0,3%, después de varios años de estancamiento -a pesar del mayor aumento de los sueldos brutos- a causa del aumento de las contribuciones a la seguridad social. La productividad por trabajador mejoró un 1,8% y por hora trabajada un 1,9%.
Sabedor de que el impulso económico no se debe a su política sino, si acaso, a las medidas tomadas por el Gobierno anterior, el ejecutivo de Angela Merkel optó por la sobriedad en sus reacciones. "Tras una larga fase de debilidad, 2006 fue el año del avance. Este buen resultado es una sólida base para la continuación del ascenso en el año 2007", declaró el ministro de Economía, Michael Glos.
Quien sí quiso arrimar el ascua a su sardina fue Ludwig Stiegler, vicepresidente del grupo parlamentario socialdemócrata y uno de los críticos acérrimos dentro del partido de los recortes impulsados por el ex canciller socialdemócrata Gerhard Schröder. "El crecimiento de 2006 ha sido tirado por la economía interior y fuertemente influido por las decisiones políticas", declaró Stiegler en referencia a las medidas aprobadas por Schröder.
"La señora Merkel y el señor Müntefering deberían ir avergonzados a darles las gracias a las empresas y a los trabajadores alemanes", declaró el político liberal Rainer Brüderle atribuyendo todo el mérito al sector privado. Las reacciones de la industria fueron menos positivas y pidieron al Gobierno que aproveche el buen momento económico para llevar a cabo reformas necesarias.
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