2007: novedades y proceso en la costa oeste de EEUU

Si hay una región interesada en el futuro, ésa es Silicon Valley, que vive de estar en vanguardia de la tecnología.

NADA LES DA MÁS GUSTO a los tecnófilos que el aventurarse en previsiones al inicio de cada año. El juego es particularmente común en Silicon Valley.

Cuatro grandes tendencias parecen reunir una casi unanimidad. A pesar de las reservas de rigor sobre las exageraciones suscitadas por la Web 2.0, la mayoría de los analistas están convencidos de que la fórmula indica una participación de los usuarios y una transferencia de actividades a la Web, que apenas está empezando.

"¿Los robocars tendrán éxito o estallarán? En este valle no importa. Sueñen. Prueben. Fracasen. Prueben de nuevo. Y, a lo mejor, conocerán el éxito".

En San Francisco, John Battelle vaticina que Microsoft se comprará una posición dominante al adquirir AOL, InteractiveCorp (Ask y Match.com) o Yahoo!

En segundo lugar varios medios hacen del You el personaje del año (al igual que la revista Time). Fórmula linda, pero reducida al individuo la participación de millones de personas y de los efectos de red que conlleva.

La creciente movilidad es la tercera tendencia, marcada por el mejor acceso a Internet desde un teléfono móvil y la capacidad de bajar múltiples vídeos, música y programas de diversión.

Finalmente, el mundo de los negocios está cada vez más dominado por Google, Google, Google (con la notable emergencia de nuevas tecnologías todavía en pañales, pero prometedoras).

Lo más interesante se encuentra en las previsiones más matizadas, o en las formulaciones específicas de algunos de los analistas y blogueros de la región.

John Dvorak de PC Mag (reside en Seattle) se dedica más a las tendencias fuertes del 2006. Le llamaron la atención las baterías explosivas de Sony. De la videomanía nota que "hasta el New York Times online empezó a poner vídeo en su página", y considera que "esta tendencia es una monstruosidad". El abaratamiento de las cámaras digitales de 7 y hasta 8 mega píxeles, la multiplicación de las computadoras con varios procesadores, la generalización de las pantallas LCD, el inesperado éxito de la consola Wii de Nintendo, las dificultades de WiMax y el éxito de Skype y de sus clones en EE UU, completan su visión de las tendencias notables.

El neozelandés Richard McMannus vive lejos, pero su blog Read/WriteWeb es leído en San Francisco. Sigue de muy cerca la evolución de la Web 2.0. Considera que 2006 quedará marcado como "el año de las redes sociales", los sorprendentes éxitos de MySpace, YouTube y Facebook. Cree que los flujos RSS están a punto de ser adoptados por los usuarios comunes. Atento a Office 2.0, estima que "en el 2007 aumentará la competencia en programas para oficinas entre Google y Microsoft".

En San Francisco, John Battelle (organiza la conferencia Web 2.0 con Tim O'Reilly) vaticina que "Microsoft se comprará una posición dominante al adquirir AOL, Yahoo o InteractiveCorp (Ask.com, Match.com, etc...)".

Responsable editorial de C|net, Dan Farber considera que si el avance de Google entre los motores de búsqueda es muy sólido, "estamos al inicio de una era en la que su dominio podría contarse en décadas más que en años". Blogs, wikis, podcasts, mashups y demás son "herramientas paleolíticas" de la nueva era ciber aplicada a nuestra búsqueda constante de conexiones para la supervivencia.

Para el diario Mercury News, lo más importante es que la gente está "tomando control de las tecnologías y del contenido de las manos de quienes los crean". Por ejemplo Loopt, una empresa de Palo Alto, permite que los clientes de la telefónica Nextel sepan si los amigos se encuentran cerca. Atento a los problemas del medio ambiente, el equipo anuncia la adopción de la energía solar. Los focos hechos de LED empezarán a ser vendidas en tiendas. Consumen menos y duran más que cualquiera.

Tom Abate, de San Francisco Chronicle, coincide en la pujanza de las tecnologías limpias. "Sacan provecho de las fuerzas de la región" en nanotecnología y biotecnología. También nota que, además de su excelencia en lo microscópico, Silicon Valley sabe producir máquinas de gran tamaño como el coche robot de Stanford que ganó un concurso de vehículos autónomos. "¿Los robocars estallarán o tendrán éxito? En este valle no importa mucho. Es el proceso, tonto (It's the process, stupid). Sueñen. Prueben. Fracasen. Prueben de nuevo. Y, a lo mejor, si las estrellas se alinean, conocerán el éxito.