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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Jean-Pierre Vernant, historiador y héroe de francia

Era gran especialista en la civilización griega

Jean-Pierre Vernant, que murió el pasado martes, poco después de cumplir los 93, había nacido en la localidad de Provins.

Ningún país escapa siempre a los eclipses. De pronto todo parece hundirse: quienes nos gobiernan nos avergüenzan, nuestros conciudadanos no logran superar el miedo o el desánimo, los vecinos nos humillan y toda esperanza se antoja vana. En esos momentos siempre hay hombres que salvan el honor del país. Durante la ocupación alemana Jean-Pierre Vernant -su hermano Jacques, su maestro Ignace Meyerson, y la etnóloga Germaine Tillion, y el matemático Jean Cavaillès, y otros muchos pocos...- desempeñó ese papel. Profesor de filosofía y soldado desmovilizado de un ejército en desbandada, Vernant dirigirá la Resistencia en Toulouse -capitaneó las tropas que la liberaron el 19 de agosto de 1944- al tiempo que formó sus alumnos en el amor por la Grecia antigua.

"Hay que aprender a hacerse griego desde el interior", les decía a sus discípulos. Y él se empeñó en demostrarnos que los griegos habían puesto en pie un sistema de mitos que seguía siendo el nuestro, una tradición y explicación del mundo que nos era familiar. "Aunque yo no sepa lo que es el complejo de Edipo", se reía al recordar que su padre había muerto en 1915, cuando él tenía un año. Luego, él apenas tenía ocho, murió su madre, y huérfano, creció en medio de una banda de amigos, anticlericales, librepensadores, que contribuyeron a crear a su alrededor la atmósfera del antifascismo, una causa que asumió desde 1934.

Su primer libro, Les origines de la pensée grecque (1962) ya aborda el pensamiento mítico de manera innovadora, y Mythe et pensée chez les Grecs. Études de psychologie historique (1965) pone en duda la enseñanza tradicional que se impartía en la Sorbona. Inspirado en el método aprendido de Meyerson y poniendo en marcha con ayuda de Pierre Vidal-Naquet un sistema comparativo, Vernant demuestra que el pensamiento griego es inseparable del contexto que le ha visto crecer. Y su civilización griega es menos perfecta de lo que contaban sus predecesores.

Desde 1937 Vernant mantenía una estrecha relación con el Partido Comunista, del que será militante durante muchos años sin querer acceder nunca a un cargo de responsabilidad. Desde 1956, tras la revelación oficial de la realidad estalinista y la invasión de Hungría, Vernant se había alejado de los debates en el seno del PCF aunque conservó su carné de militante hasta entrados los años setenta.

El Centre Nacional des Recherches Scientifiques le abrió sus puertas en 1948 -le concederá su medalla de oro en 1984- e irá obteniendo, sin prisas, el reconocimiento de sus pares. Profesor emérito del Collège de France seguía tuteando a sus interlocutores y hablando de Ulises o Sócrates como si hubiera estado dialogando con ellos pocos minutos antes. Pero hablando en griego. La progresiva desaparición de los planes de enseñanza del latín y el griego le parecía un horror: "Nuestro mundo solo es comprensible si intentamos saber cómo ha sido fabricado".

Amante de la naturaleza, buen deportista, excursionista incansable, de Jean-Pierre Vernant nos quedan sus libros -hay que añadir a los citados Mythe et société en Grèce ancienne (1974), Religion, histories, raisons (1979) y L'univers, les dieux, les hommes (1999)-, una frase grabada en el puente de Europa que une Estrasburgo y Kehl -"para ser uno mismo hay que proyectarse en lo que nos es extranjero, prolongarse en ello y por ello. Permanecer encerrado en la propia identidad equivale a perderse y a dejar de ser. Nos conocemos y nos construimos gracias al contacto, el intercambio y el comercio con el otro. El hombre es un puente"- y nos queda, le queda a Francia, su ejemplo.

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