Valencia carece de preacuerdo con ACM para acoger otra vez la Copa del América

El Alinghi ha ganado siete de los 12 actos Louis Vuitton en los que participa, aunque no compite oficialmente porque ya está clasificado para la final de la Copa del América. Hay, por tanto, muchas posibilidades de que el equipo suizo revalide el campeonato y le corresponda decidir de nuevo cuál será la sede de la 33ª edición de este acontecimiento náutico que ahora acoge Valencia. Sin embargo, el Ayuntamiento de Valencia no ha tratado de alcanzar un preacuerdo con America's Cup Management (ACM), la empresa organizadora, para mantener la sede en la ciudad en la siguiente edición.

Fuentes próximas a ACM han manifestado su sorpresa ante esta "falta de interés" cuando otras ciudades mediterráneas tienen trazadas las estrategias para intentar atraerse el acontecimiento cuando finalice la competición, la primera semana de julio, lo que hará más difícil una negociación de última hora. Lo habitual, según estas mismas fuentes, es "atar" con un preacuerdo la siguiente edición, sobre todo cuando "el beneficio es mutuo".

En caso de una nueva victoria del Alinghi, la repetición del acontecimiento en la misma sede supondría claras ventajas para ACM, puesto que la estructura está desarrollada, los equipos humanos aclimatados socialmente y el deportivo adaptado a los campos de regatas. Desde el punto de vista de los especialistas, si la experiencia anterior ha salido bien, la empresa organizadora "despeja incertidumbres". Además, el propio evento, que tiene un carácter itinerante, "gana arraigo".

También Valencia obtiene beneficios más allá de los ecos internacionales que genera el simple hecho de acoger el acontecimiento. Un reciente estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas asegura que la Copa del América tendrá un impacto económico sobre la renta de la Comunidad Valenciana de 2.472 millones de euros y atraerá a unos 2,6 millones de visitantes que gastarán 70 millones. Los resultados del estudio, que abarca el período 2004-2007, superan a los que obtuvo Auckland (Nueva Zelanda), donde el impacto fue de 1.500 millones. Asimismo, como impactos asociados, cuantifica la expectativa de crecimiento del Producto Interior Bruto de la Comunidad Valenciana en ese período en un 2,84%, mientras que el empleo experimenta un crecimiento de un 3,55%.

Lejos de asegurar una posible segunda edición para Valencia, el Ayuntamiento y el Consell han puesto mucho interés en un espectáculo automovilístico promovido por Bernie Ecclestone, presidente de Formula One Management (FOM) y Formula One Administration (FOA), que se realizaría entre 2008 y 2010 en las inmediaciones del puerto. Tanto el Ayuntamiento que dirige Rita Barberá como el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, valoran el impacto mediático superior que tendría la celebración de esta prueba automovilística sobre la náutica, ya que la Copa del América es un fenómeno muy elitista en España, aunque cuenta con una gran acogida en los países anglosajones.

La posible celebración en la ciudad del acontecimiento patrocinado por Ecclestone ha suscitado algunas críticas entre los aficionados, que consideran que se produce un menoscabo hacia el circuito Ricardo Tormo de Cheste, una infraestructura idónea para acoger esta competición con mejores condiciones para los espectadores. Expertos en seguridad deportiva han explicado que el circuito urbano, que transcurriría por el puerto, la avenida de Francia y el entorno de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, requiere un "costoso" asfaltado especial que tras aplicarse debe permanecer varios días sin pisarse, por lo que la zona afectada permanecería cerrada durante varios días, con los efectos que ello comportaría sobre el tráfico de la ciudad. Además, luego habría que retirar la capa de asfalto empleada en la competición.

Otras fuentes apuntan que la razón de fondo de la falta de interés del Ayuntamiento y el Consell en un preacuerdo radica en el puerto de Valencia. La celebración de otra edición de la Copa del América pondría serias dificultades a la ampliación de la infraestructura proyectada por la Autoridad Portuaria, ya que el impacto de las obras resulta incompatible con el acontecimiento deportivo.