Retiro en la sierra del Montsec
MONESTIR DE LES AVELLANES, una hospedería en torno a un claustro románico
Al pie de la sierra del Montsec, donde los condes de Urgell hicieron latir los predios frutales de Balaguer durante la Edad Media, se yergue, anónimo, el monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes. Fundado en el siglo XII alrededor de un claustro de estilo románico y adosado a una iglesia gótica de transición, aquí se supone que fueron enterrados los influyentes condes urgeletanos, si bien sus verdaderos sepulcros se conservan hoy en el Museo The Cloisters de Nueva York. Desde 1910 lo regenta una hospitalaria comunidad marista que, seguidora de la tradición monástica, acoge a los cada día más numerosos viajeros del interior leridano en unas instalaciones más próximas a las de un hotel de cierta categoría que a las de una hospedería conventual.
MONESTIR DE LES AVELLANES
Categoría: 2 estrellas. Carretera C-12 Balaguer-Àger, kilómetro 181. Monestir de les Avellanes, Os de Balaguer (Lleida). Teléfono: 973 43 80 06. Fax: 973 43 80 38. Internet: www.monestirdelesavellanes.com. Instalaciones: jardín, salón de estar, sala de convenciones para 200 personas, comedor. Habitaciones: 2 individuales, 34 dobles, 2 triples; todas con baño, calefacción, aire acondicionado, teléfono, secador de pelo y habitaciones para no fumadores. Servicios: algunas habitaciones están adaptadas para discapacitados y no admite animales domésticos. Precios: todo el año, 67 euros + 7% de IVA, desayuno incluido. Tarjetas de crédito: American Express, Diners Club, Eurocard, MasterCard, Visa, 6000.
Arquitectura ... 7
Decoración ... 5
Estado de conservación ... 7
Confortabilidad habitaciones ... 5
Aseos ... 5
Ambiente ... 6
Desayuno ... 4
Atención ... 6
Tranquilidad ... 8
Instalaciones ... 5
Y es que, para bien o para mal, la última restauración del edificio ha modernizado su utilitas a costa de eliminar parte del encanto original. La recepción comparte ahora espacio con un bazar de productos artesanos en el que no faltan libros sobre cómo vivir en santidad, manuales de catecismo pos-Ripalda y otras menudencias menos espirituales como el aceite de Os de Balaguer y el vino elaborado en la zona con el nihil obstat del monasterio. Los suelos de baldosa han sido sustituidos por parqué, y la escalera modernista, por otra más impersonal. Quienes se encargan de la atención a los huéspedes no se caracterizan por el don de la ubicuidad, pero al hacerse presentes derrochan enseguida amabilidad, paciencia y mucha diligencia. Sin grandes lujos, este monestir supone una opción angelical para los viajes en familia de carácter cultural. Lo frecuentan, además, grupos juveniles de remozada catequesis cristiana y nostálgicos de aquel Viva la Gente.
Silencio
Un claustro románico muy intervenido distribuye las estancias con servidumbre de paso al refectorio, a la sala capitular y a algunas dependencias utilizadas por la comunidad marista. Los horarios, si no estrictos, son de recomendable cumplimiento, así como las normas de silencio y observancia religiosa de los lugares de culto. Austeras, que no incómodas, las habitaciones disponen de dos camas de 0,80 metros, una mesa de trabajo, dos sillas frailunas y un cuarto de baño cartujo. Nada de televisor ni de dispensador de bebidas. Si acaso, un guiño de frivolidad hotelera en el mamparo retroiluminado que separa el baño de la alcoba. A guisa de vidriera catedralicia, sirve de hornacina a un motivo floral de evocación mariana y a una cruz minimalista sobre el ariete de ladrillo visto.
Todas las habitaciones están dedicadas a la memoria de un hermano: Guillem Prior, Pere Prior, Bertrand Prior, Arnal del Monte Prior, Guillem García Abat, Berengari Abat, Bernat de Narbona, Bernat de Portela, Sunfred... Egregias figuras de la congregación marista cuya espiritualidad comparten hoy los viajeros que eligen ser huéspedes de este retiro al pie de las montañas leridanas.
ALREDEDORES
LAS MONTAÑAS que enmarcan el monasterio discurren entre los ríos Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorzana, al norte de Lleida. La acción milenaria del agua ha creado un paisaje tortuoso de desfiladeros, como los de Terradets y Mont Rebei, y de cuevas rupestres, como la de los Vilars, a orillas del río Farfanya, en el mismo término municipal de Os de Balaguer. Forma parte del conjunto de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, declarado patrimonio mundial por la Unesco. En el mismo Os también destaca su castillo árabe, que actualmente está en fase de rehabilitación. También se pueden emprender excursiones culturales al románico de la comarca: la colegiata de Sant Pere de Àger, las iglesias de Sant Joan de Termens, Santa Maria de les Franqueses, Sant Miquel de Camarassa, Santa Maria del Castell de Cubells, Sant Pere de Ponts, así como el monasterio de Santa Maria de Walter de la Baronia de Rialb.Turismo de Lleida. (902 10 11 10; 973 90 09 00; www.lleidatur.com).
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