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Entrevista:CARLOS SAINZ | Bicampeón del Mundo de Rallies

"Mi técnica no sirve en una duna"

Oriol Puigdemont

El 15 de enero del pasado año y con el francés Luc Alphand coronado en el Lago Rosa, varios pilotos que consiguieron llegar a Dakar formaron un corrillo de debate. "¡Ay cuando el año que viene y vuelva Sainz!", auguraban angustiados la mayoría de los rivales del bicampeón del mundo de rallies (Madrid, 12 de abril de 1962), que terminó undécimo en su primera participación en la carrera por etapas más intolerante que existe. Pues Sainz ya está en Lisboa, desde donde mañana arranca el Dakar 2007.

Pregunta. La mayoría de pilotos expertos en el Dakar coinciden en que, más que correr, esta carrera debe entenderse.

Respuesta. La experiencia que tengo en el Dakar es mínima si la comparo con la que tiene la gente con la que me voy a pelear. Creo haber entendido la filosofía del rally, pero también la había entendido el año pasado. Lo que ocurre es que, por las características de la carrera, es muy complicado ganar sin experiencia. Más que ir rápido, uno debe saber interpretar el desierto, leerlo, y eso no se consigue en un año.

"Creo haber entendido la filosofía del Dakar. Más que ir rápido, uno debe saber interpretar el desierto, leerlo, y eso no se consigue en un año"
"El tiempo que perdí el año pasado se debió a problemas mecánicos que en ningún caso fueron por mi culpa. Que cada cual haga su lectura"
"África está encantada de recibir el Dakar. No hace falta que llegue para que ocurran accidentes; hay muchos y a diario"

P. Tras salir de Portugal como líder, en África la cosa se complicó. ¿Arriesgó demasiado?

R. No lo creo, estuve en condiciones de ganar incluso después de quedarme entrampado media hora en una duna. Luego se rompió el embrague y posteriormente el motor, pero eso no es culpa mía. Mi estrategia del año pasado no era tan equivocada. No creo que corriera demasiado. A mí me gusta ir rápido siempre, considero una equivocación ir lento al principio porque luego pueden surgir igualmente problemas. En el Dakar te pueden ocurrir 50.000 cosas y no importa si vas rápido o lento. El año pasado sufrí seis pinchazos a 30 por hora. Este año también iré al máximo en Portugal y Marruecos, luego trataré de sobrevivir en Mauritania y después, si estoy en buena posición, lucharé por ganar en Senegal. Eso sí, debo ser cauto porque aquí, en 20 metros, pasas de la más absoluta euforia a una profunda depresión.

P. ¿A qué aspecto le costó más adaptarse?

R. En el Mundial se lucha por décimas. En el Dakar, al final del rally no se lucha siquiera por segundos. Lo más duro para mí fueron las rectificaciones: cuando te equivocas en algún cruce, tienes que dar media vuelta y pierdes medio minuto. Al final ese tiempo no es nada, pero ganarlo a base de conducción cuesta horrores.

P. Ante una duna, ¿sabe ya por dónde abordarla?

R. Es cierto que dependiendo del color de las dunas uno puede saber si la zona por la que va a entrar es dura o blanda. Aunque, a decir verdad, aún no soy un gran experto en el tema colores. Hasta los mejores se quedan atrancados y tienen problemas. El año pasado, a mi lado se quedó Nasser Al Attiyah, quien dicen es el que mejor se mueve en las dunas. Este año en Dubai, detrás de una, [Stéphane] Peterhansel se metió en un agujero, y ha ganado el Dakar no sé cuantas veces. Nadie ve a través de la arena, al menos no conozco a nadie.

P. La organización ha optado este año por alejarles del África Negra. Harán más kilómetros por desierto abierto...

R. Esto es el Dakar y, si quieres lo tomas y si no, lo dejas. Posiblemente, no tengo la experiencia suficiente para ir rápido en dunas. Para ser veloz en un camino hace falta saber frenar, tener una trayectoria y una técnica de conducción rápida. Soy de los más rápidos en ese terreno, pero mi técnica del Mundial de Rallies no sirve de nada en una duna. Yo quiero aprender, y por eso me he entrenado todo el año. En Dubai estuve 150 kilómetros rodando detrás de Alphand [ganador del Dakar en la pasada edición] a 15 metros de él. Esta distancia te permite aprender y valorar los movimientos del coche que te precede y tener capacidad de reacción si él entra en falso.

P. Si bien todos los pilotos coinciden en que la experiencia es determinante, pocos tienen tanta como Peterhansel, y el año pasado se estampó contra un árbol cuando iba líder...

R. Puedes ser un experto, pero éste es un rally en el que es muy fácil cometer un error. No llevas notas, no conoces lo que te va a llegar. Hay tres claves para ganar: ir más rápido que los demás, cometer menos errores y no tener problemas mecánicos. Y todo ello durante muchos días.

P. A pesar de que el año pasado ganó cuatro etapas, hay quien considera que no cuajó una buena actuación porque rompió el coche varias veces. 'Ganar etapas sin que el resultado final importe es relativamente fácil', dicen...

R. El tiempo que perdí el año pasado se debió a problemas mecánicos que en ningún caso fueron por mi culpa. Sin tener en cuenta las dos etapas en las que el coche se rompió, hubiera luchado por ganar el rally en mi primera incursión en África. Si alguien considera eso una mala actuación es que no se ha mirado los papeles y no sabe lo que pasó. El equipo sabe por qué se rompió el embrague, y también detectaron que un electroventilador se paró, lo que rompió el motor. En ningún caso fue culpa mía; ni me salí ni golpee contra nada. Que cada cual haga su lectura.

P. ¿Con todo lo que lleva invertido Volkswagen, qué le ha faltado para ganar el Dakar?

R. Éste era un equipo sin experiencia que, poco a poco, la ha ido adquiriendo y en ello sigue. Volkswagen va a ser el primero en ganarlo con un diésel.

P. ¿Cómo defiende la prueba de las críticas que recibe por la muerte de personas ajenas al rally?

R. África está encantada de recibir al Dakar. Hay gente que vive todo el año gracias a esta carrera. Y hay etapas en las que no nos encontramos a nadie, aunque también es cierto que hay ciertas áreas en las que ha habido mala suerte con algún espectador. Pero ha sido eso, una cuestión de absoluta mala suerte porque la mayoría de las veces no ves a nadie. Además, la seguridad en África es precaria y todo aquél que haya circulado en coche por allí lo sabe. No hace falta que llegue el Dakar para que ocurran accidentes; los hay muchos y a diario.

Carlos Sainz, en la presalida del Dakar desde el Santiago Bernabéu.
Carlos Sainz, en la presalida del Dakar desde el Santiago Bernabéu.CRISTÓBAL MANUEL

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