"Me voy y no me llevo ni una gorda de Cajasur"

El sacerdote Juan Moreno cede hoy la presidencia de Cajasur al también religioso Santiago Gómez Sierra. Moreno, que cumple 75 años el próximo domingo, ha sido el cura de la transición, el encargado de pilotar la vuelta de la entidad a la tutela de la Junta de Andalucía. Ahora, este sacerdote socarrón, que dice que llegó a la presidencia de la entidad de forma "imprevista", vuelve a su parroquia.

Pregunta. ¿Qué balance hace de su año y medio como presidente?

Respuesta. Mi objetivo principal era consolidar. Tenía que consolidar los lazos y la inserción plena de la caja en la Junta. En ese sentido, me voy muy contento. No es mérito mío, es de las personas con las que he tenido que dialogar: el consejero de Economía

"Hay objetivos que no me ha dado tiempo a cumplir, como que no tengamos distintas fundaciones para gestionar la obra social"

"Hemos ido forzados por las circunstancias a la compra de la participación de Rafael Gómez en Arenal Sur 21. Había que dar liquidez"

y las dos directoras generales. Y luego he encontrado una acogida muy buena en la Federación de Cajas de Ahorros de Andalucía. Hemos establecido unos lazos de gran amistad y hemos impulsado el Banco Europeo de Finanzas (BEF), que no ha dado tiempo a culminar por el cambio de la cúpula del Banco de España. Pero va a salir de un día a otro. Ese volver a la nueva normativa está cumplido. Hacia dentro, creo que hay ciertas relaciones que se han consolidado, como, por ejemplo, un convenio laboral firmado por todos los sindicatos y que en la última asamblea la gestión se aprobara por unanimidad. Aunque hay objetivos que no me ha dado tiempo a cumplir del todo. Como que la obra social sea absolutamente modélica, que no tengamos distintas fundaciones para gestionarla.

P. Esta normalización de relaciones con la Junta, ¿es irreversible?

R. En una sociedad democrática siempre puede haber cambios legales. Pero yo creo que, en lo que es previsible, las relaciones tienen una gran estabilidad. Hoy, Andalucía occidental cuenta con dos cajas fuertes como son Cajasol y Cajasur, además de la de Jaén, y, en la oriental, CajaGranada y Unicaja. Todas están muy bien pero hemos creado un gran instrumento para hacer competencia a las foráneas: el BEF. Servirá para hacer grandes proyectos que vengan del Gobierno andaluz y de los empresarios. Es un banco sólo de las cajas. Hemos tenido que cerrar filas ante las presiones para que no entren otros empresarios, ni capital privado, ni intereses particulares.

P. ¿Podría ser un paso previo para una posible fusión de las cinco?

R. Yo creo que no es un paso previo, es la alternativa. Creo en la competencia. Si tenemos un instrumento que pueda poner en marcha grandes proyectos como el BEF, no creo que las cajas se deban fusionar. Que las cajas tengan su localismo es importante.

P. ¿Por qué surgieron los primeros enfrentamientos entre la Junta y Cajasur, que acabó abandonando la tutela autonómica?

R. Las cajas tuvieron un viraje fundamental cuando se les permitió actuar como bancos. Antes, las cajas recibían los ahorros y el Gobierno les decía dónde tenían que invertirlos. Ésa era una forma de llevar las cajas muy rutinaria y con pocas complicaciones. Se abrieron las cajas al mercado financiero y comienza la competencia con los bancos. En todas las cajas se produce un reajuste. Ese reajuste coincide en Cajasur, además, con una intepretación diferente, de unos y de otros, de lo que significaba el Cabildo en Cajasur. Entonces, se enrarecieron las cosas un poco. Pero, a todos los niveles.

P. ¿Era necesaria la salida de Miguel Castillejo para que se pudieran recomponer las relaciones con la Junta?

R. No por la persona de Miguel Castillejo, porque está capacitado para llevar Cajasur y mucho más. Pero, tiempos nuevos, caras nuevas. Porque la dinámica lo pedía. En estas instituciones, la imagen vale tanto como la realidad.

P. Cuando el obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, le planteó ser el presidente de Cajasur, ¿no tuvo reparos por ser un sacerdote y tener que abandonar su labor pastoral para dirigir una entidad financiera?

R. Unos años antes, cuando yo ya estaba aquí como consejero, se me llamó desde Madrid para ser director general de la sociedad de seguros del clero. Rechacé la oferta porque quería estar en mi parroquia. Eso se lo podía decir a un obispo que no era el mío. Pero, cuando es mi obispo, le debo obediencia.

P. ¿Se va usted de Cajasur con una póliza?

R. No. Absolutamente con ninguna. Lo digo abiertamente. Yo me voy y no me llevo ni una gorda de Cajasur.

P. ¿Rechaza otras formas de actuar, como la de Castillejo, que sí suscribió una póliza millonaria?

R. No, no. Yo respeto a todo el mundo. Pero yo cuento lo que me va a suceder a mí cuando deje la caja.

P. Respecto a las advertencias que hizo el Banco de España sobre los riesgos inmobiliarios adquiridos por la entidad...

R. Están resueltos. Mi última comida fue con el Banco de España y acabamos contando chistes.

P. ¿No les han puesto reparos por la compra de la promotora Arenal Sur 21?

R. Todos sabemos que hemos ido forzados. El apoyo institucional y político es total.

P. Pero comprar la participación de Rafael Gómez, imputado en la Operación Malaya, en la promotora para luego vender la empresa, resulta algo extraño.

R. Sí, venía forzada...

P. ¿Forzada por qué?

R. Por todas las circunstancias. Había que dar liquidez...

P. ¿Por las necesidades del empresario?

R. Sí, claro. Pero Rafael Gómez se salvará. Tiene muchas posibilidades. Hay mucho patrimonio en sus empresas.