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Mueren dos chicas de Barcelona en un pueblo de Castellón por el monóxido de una calefacción

Las víctimas hacían una siesta antes de celebrar la Nochevieja con sus amigos

María Fabra

Dos chicas de 21 y 22 años, vecinas ambas de Barcelona, fallecieron en la madrugada de ayer en el municipio castellonense de Cortes de Arenoso, de unos 400 habitantes, cercano al Penyagolosa. La asfixia por inhalación de monóxido es la principal hipótesis de las que se barajan como causas de la muerte. Al parecer, las posibles deficiencias de una caldera de gasóleo de la vivienda en la que se encontraban durmiendo la siesta es el origen del siniestro. De hecho, la Guardia Civil precintó el aparato tras el levantamiento de los cadáveres y la inspección ocular del inmueble.

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Las dos víctimas habían acudido a pasar la noche de fin de año a Cortes de Arenoso, de donde proceden sus respectivas familias y adonde acudían con cierta asiduidad dada la cantidad de amigos que conservaban en el municipio. Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Castellón practicarán hoy la autopsia a los cadáveres, mientras en la localidad, la alcaldesa, Trinidad Bravo, ha decretado tres días de luto oficial.

Sara y Ana no despidieron el año 2006. El hecho de que no acudieran a tomar las tradicionales 12 uvas con sus amigos y que no atendieran a sus llamadas telefónicas fue el detonante de la alerta.

Siesta mortal

El sábado habían iniciado las celebraciones de fin de año y las reuniones con sus amigos de la comarca de L'Alcalatén y del pequeño municipio de Cortes de Arenoso, de apenas 400 habitantes. De hecho, se desplazaron hasta la provincia de Teruel, donde compartieron con aquéllos la que fue su última cena. Ya el domingo, después de comer, ambas decidieron descansar un rato y hacer la siesta para así afrontar mejor la que suponían una larga noche de fin de año. Sara y Ana se fueron hasta una vivienda ubicada en el número 20 de la calle del Calvario, propiedad de la familia de la primera de ellas. Allí, en la habitación preparada para su fin de semana, se tumbaron. Incluso se pusieron el pijama.

Pese a que durante la noche los amigos se extrañaron de su ausencia, no fue hasta pasada la medianoche cuando la extrañeza se convirtió en alerta. Sara y Ana no se encontraban tampoco con su familia y, pasada la medianoche, decidieron acudir a la vivienda para comprobar si les había ocurrido algo. Seguían sin atender a las llamadas y sin abrir la puerta, con lo que uno de ellos decidió trepar por un balcón y forzar una ventana. Así, logró acceder a la vivienda. En la misma habitación en la que se habían acostado a descansar, halló sus cadáveres. Una de ellas seguía en la cama. La otra yacía en el suelo.

La primera llamada de alerta se realizó al 112, a las 0.47, cuando todos pensaron que las jóvenes estaban inconscientes. El Centro de Coordinación de Emergencias alertó al Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón, que envió efectivos de los parques de La Plana Baixa y L'Alcalatén, a la Guardia Civil, a la Policía Autonómica y al Centro de Información y Coordinación de Urgencias. Sin embargo, ninguno de los efectivos desplazados pudo hacer nada por ellas porque ya habían muerto. Hasta el lugar se desplazó también el médico de atención primaria de la localidad de Villahermosa del Río, que no pudo hacer más que certificar el fallecimiento de las jóvenes.

Pese a que será la autopsia la que determine la causa y la hora de la muerte, la Guardia Civil considera que la asfixia se produjo por un posible fallo de la caldera de calefacción. En cualquier caso, en la misma habitación había una estufa de butano que, según las mismas fuentes, no estaba en funcionamiento.

Otras fuentes consultadas explicaron ayer que las calderas de gasóleo no queman este tipo de combustible, sino que lo pulverizan. La afección que puede tener este tipo de sistemas sobre el aparato respiratorio de los humanos se limita a los casos en los que existe una obstrucción en la salida al exterior de las emisiones de monóxido que emana de los mismos. Esa obstrucción puede generar salidas de monóxido desde el interior causando asfixia por la falta de oxígeno, ya que el monóxido desplaza al aire.

En cualquier caso, el secretario autonómico de Interior, Luis Ibáñez, mantuvo ayer que la causa del siniestro podía ser la mala combustión de una estufa. El accidente conmocionó al municipio ya que, además de la juventud de las fallecidas, ambas eran conocidas y queridas por los vecinos. De hecho, Sara había sido reina de las fiestas del municipio.

UNA TRAGEDIA EN UN TRANQUILO PUEBLO DE 400 HABITANTES

La asfixia por inhalación de monóxido es la principal hipótesis barajada por la investigación de la Guardia Civil.

Otras fuentes consultadas apuntan que una posible obstrucción en los conductos de salida al exterior pudieron causar la emanación de monóxido en el interior de la vivienda.

El secretario de Interior atribuyó ayer la causa del siniestro a la mala combustión de una estufa de gas.

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