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Sadam, ahorcado; la violencia continúa

Bush califica la ejecución de "hito" en el avance de Irak hacia la democracia - Mueren más de 70 iraquíes en un rosario de atentados

Sadam Husein, el dictador implacable que gobernó Irak durante 24 años, fue ejecutado en la horca en la madrugada del sábado en Bagdad. Su muerte fue instantánea tras escucharse un horrible crujido de las vértebras, en palabras de un testigo.

Sadam llegó a su cita con la muerte, vestido de negro, con un Corán en la mano y el semblante sereno. Rechazó la presencia de un clérigo y también la capucha que le ofreció el verdugo: "No necesito eso", afirmó el dictador, que habría cumplido 70 años en abril. La población chií de Irak, víctima histórica del tirano, celebró la ejecución, pero la violencia sobrevivió a su muerte. La insurgencia hizo explotar varios coches bomba en Bagdad y otras ciudades, causando más de 75 muertos. Bush calificó la muerte de "hito importante en el rumbo seguido por Irak para convertirse en una democracia", y aseguró que Sadam había "recibido un juicio justo". Sus aliados europeos condenaron unánimemente la ejecución

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