"En Madrid el público es bestial, te dice '¡estoy aquí, joder!'"

El músico vasco Fito Cabrales aterriza hoy en Madrid con sus Fitipaldis directamente al escenario y luego (aunque sea increíble en este amante de los bares) se largará a descansar al hotel. A digerir un baño de masas que se repetirá mañana, porque las entradas para el Palacio de los Deportes (15.000 personas cada día) están todas vendidas. También agotó localidades en 2004, en la plaza de Las Ventas, donde 18.000 incondicionales (y turistas del universo Fito arrastrados por los y las fans) tarareaban las canciones de su tercer disco, Lo más lejos, a tu lado.

Esta vez, para mostrar los temas de su cuarto álbum, Por la boca vive el pez, le acompañarán músicos diferentes: Carlos Raya (guitarras), Joserra Senperena (teclados y acordeón), Javi Alzola (saxo y pandereta), Candy Caramelo (bajo), José Niño Bruno (batería). Es una banda "potente", con la que Fito (armado de voz y guitarras) asegura sentirse muy bien arropado y "con mucha energía". "Soy un poco chapa, estaré dos horas y cuarto en el escenario", avisa.

"Soy un poco 'chapa'. Estaré dos horas y pico sobre el escenario", anuncia el cantante

El concierto de Fito comenzará a las diez de la noche. Una hora antes, los vizcaínos Zodiacs habrán caldeado el ambiente para la estrella, porque la figura de Fito Cabrales -"ese tío pequeño de la gorra", como él se define- ha crecido en el territorio superventas. "Ha colgado el cartel de no hay entradas en todos los conciertos de su gira", dicen orgullosos en su discográfica, Dro, editora de su cuarto trabajo, Por la boca vive el pez, que ha logrado ya doble disco de platino y del que se vendieron 200.000 copias en dos semanas.

Antes de Madrid, Fito ha hecho desde noviembre 12 paradas por distintas ciudades españolas y la vorágine nacional continuará hasta diciembre de 2007. "Entre medias, quizá iremos a Argentina, porque allí saldrá en enero un disco mío por primera vez", comenta ilusionado.

Pregunta. Miles de personas en Barcelona y en Valencia. En Bilbao, 20.000 seguidores aplaudiendo al paisano el fin de semana de Navidad. Se avecina lo mismo en Madrid. ¿Esperaba esta acogida?

Respuesta. Esta gira está siendo especialmente cariñosa. Cuando estamos en el camerino siempre comentamos la cara de felicidad que tiene la gente, la sensación que nos transmiten. En Madrid el público es bestial, siempre está con muchas ganas, te demuestra todo el rato que tiene mucha energía, que te dice ¡estoy aquí, joder!, Y también ocurre cuando paseas por la ciudad, te saludan y te paran. Es normal que se fijen, porque soy pequeñito, con gorra, nariz grande... Si fuera un poco más estándar a lo mejor no me reconocerían.

P. Su música suena sin parar en radio y televisión, hasta en los centros comerciales, y en Operación Triunfo han cantado temas suyos. Parece que hay gente que acaba de descubrir a Fito.

R. Si de repente tienes más aceptación, pues a disfrutarlo. Me ha pasado como a todos los artistas del mundo, que tienen seguidores y luego otros que van saliendo. Lo bueno es que la gente te vaya descubriendo, porque si no, te siguen 15 cuando empiezas y 15 cuando te mueres.

P. Además del público fiel, ¿los nuevos escarban en sus trabajos anteriores?

R. Cuando ya vas vendiendo más te hace más caso la discográfica y también los medios de comunicación. Y así te conoce todo el mundo, no sólo los iniciados en la música. Que se vendan todavía los discos anteriores significa que la gente escarba en lo que has hecho. Pero lo de escarbar lo hacemos todos. Si alguien me gusta, lo quiero tener todo.

P. ¿Ya tiene ganado un pedazo del gran público?

R. Realmente ahora veo esto muy gordo, pero desde hace tiempo estoy muy agradecido con el público. Creo que ya tengo ganado ese pedacito. Cuando hace años iba de giras por ahí tocaba en salas más pequeñas, ahora toco en grandes auditorios. Me gusta pensar que

simplemente el público reacciona bien a un trabajo que sacas. Si un disco no le gusta a nadie, no hay gira.

P.

Por la boca vive el pez contiene rock, swing, blues, rockabilly... Cada canción encierra distintos sonidos, pero hay muchas canciones pegadizas y la gente las canta en los conciertos. ¿Se plantea conquistar con singles?

R. La verdad es que soy un artista antisingle, no sé hacer canciones de menos de cuatro minutos. Todas tienen dos o tres solos de guitarra o de saxo... Pero me encanta que las letras se queden. Lo que me parece positivo es que la gente reconozca y siga un estilo de hacer música. Cada vez que saco un disco el público nota que hago lo que quiero.

P. ¿Cómo será el concierto de Madrid?

R. Tocará una banda nueva con el tío de la gorra de siempre. No habrá vídeos ni teatralizaciones, simplemente música y música (75.000 vatios de potencia sonora), y habrá pantallas para que nos vean bien, porque como tocamos en sitios grandes y yo soy muy pequeñito... También habrá dos cámaras, porque tengo -bueno, nos tenemos- una banda tan buena ahora mismo, que me gustaría grabar un par de conciertos y guardarlos en archivo, no sé si para editar la gira, pero por lo menos para conservar los momentos. Ah, y antes del concierto se pasará una proyección como los créditos de una película. Es una producción de dibujos animados en la que salimos todos. Las ilustraciones las ha hecho un tío madrileño, en plan artesanal. Voy a conocerle estos días y le daré un apretón de manos.

P. ¿Con toda esta vorágine de la gira, está escribiendo?

R. Se me están ocurriendo pocas cosas. Antes escribía en los hoteles o en la furgoneta, entre concierto y concierto, porque cuando estaba con Platero y Fitipaldis al tiempo no paraba en casa y tenía que ir aprovechando ratos para componer. Ahora me gusta centrarme en lo que estoy haciendo. Si me pongo a pensar en el siguiente disco no me deja disfrutar de los conciertos. He estado así tantos años que me niego a seguir haciéndolo.

P. ¿Y el pez Fito navega por su web [www.fitoyfitipaldis.com]?

R. No, no entro en Internet casi pa nada. Soy un analfabeto informático, siempre me he desentendido de los ordenadores. Me ponen nervioso. Al contrario que mis chavales (de 9 y 5 años), que están todo el día con la pantalla. Para ellos Internet es una cosa natural, como para mí es un bolígrafo Bic. No sé escribir con un teclado. Yo sigo con el Bic y el papel.