Circo y artistas sin carpa
Los espectáculos circenses vuelven a la cartelera navideña mientras los miembros de La Makabra buscan espacios para ensayar
Al circo le gusta la Navidad. Cada temporada por estas fechas, la cartelera barcelonesa hace un hueco a las propuestas circenses, aprovechando el clima de celebración familiar y el tiempo libre que las vacaciones escolares proporcionan a los más pequeños. Este año, la llegada de los espectáculos El circ de Sara, en el Ateneu Popular de Nou Barris; el de danza-circo Le vertige du papillon, de la compañía belga Feria Musica en el Mercat de les Flors; el Cirkid, el Circo Universal y el Circo Raluy, con varias generaciones a bordo de sus historiadas caravanas, coincide con el desconcierto de otros artistas más jóvenes, los integrantes del colectivo La Makabra, que tras los sucesivos desalojos tratan de buscar un lugar donde proseguir sus ensayos.
El número estrella del Circo Raluy es el 'globo de la muerte' con motoristas en una esfera
En los últimos días, la demanda de salas de ensayo en el Ateneu ha crecido notablemente
Sergi Díaz es el coordinador del Ateneu Popular de Nou Barris, cuya relación con el mundo del circo se inicia en la década de 1980. Es decir, casi al principio de la historia de este equipamiento, nacido, en cierta medida, a raíz de una ocupación de los vecinos, que lograron convertir una fábrica asfáltica en activo en un espacio autogestionado para la cultura. De una forma espontánea, muchos artistas fueron estableciendo en la vieja fábrica su espacio creativo, atraídos por su amplitud y la gran altura de sus techos, imprescindible para muchas acrobacias y malabarismos. Con el tiempo, esta actividad se fue organizando.
Actualmente, el Ateneu acoge la Escuela de Circo Rogelio Rivel, organiza talleres para niños y jóvenes, es la sede de la Asociación de Profesionales de Circo de Cataluña y produce y exhibe espectáculos. En la medida en que su amplia actividad lo permite, ceden sus salas como local de ensayo para artistas y compañías. En los últimos días, la demanda de interesados en esta última opción ha crecido notablemente. "Y lo hará todavía más", vaticina Díaz. La llevan a cabo artistas de La Makabra, en plena búsqueda de un espacio donde poder entrenarse y preparar sus espectáculos.
"En estos momentos estoy preparando una cosa pequeña y necesito poco espacio. He ido algún día al Ateneu Popular de Nou Barris, pero al final he decidido trabajar en casa", señala Marc, uno de los portavoces del colectivo desalojado. Las reuniones para hablar acerca de los últimos acontecimientos y encontrar soluciones se desarrollan en paralelo a la búsqueda de un lugar donde poder trabajar. Marc cuenta que varios centros cívicos y compañías han dado cobijo artístico a algunos de sus compañeros. "Imagino que otros se habrán quedado en casa, como he hecho yo". Insiste en que estas salidas son sólo "provisionales", mientras se consigue un espacio en condiciones para La Makabra. Marc niega que el Ayuntamiento de Barcelona les haya hecho alguna oferta de diálogo después de los desalojos y los incidentes vividos durante la presentación del Plan Estratégico de Cultura para Barcelona, en el que se subraya la necesidad de habilitar espacios para la creación.
Sergi Díaz, integrante del equipo que participó en la elaboración del documento, cree que con el desalojo de los integrantes de La Makabra "se perdió una oportunidad de generar un proyecto artístico o de cultura artística más alternativa, cuya existencia es también importante, vinculado con los vecinos, que de haberse podido desarrollar un poco más tal vez hubiera sido, como mínimo, interesante". Mientras, habla con orgullo del nivel conseguido con las producciones circenses cocinadas en el Ateneu bajo el paraguas del llamado Circ d'Hivern, que con El circ de Sara alcanza su undécima edición.
Pero el veterano por excelencia de cuantos circos visitan Barcelona por Navidad es el Circo Raluy. Creado hace 76 años, cinco generaciones de la familia que le da nombre han actuado en sus filas. La compañía regresa a la ciudad con su carpa para 800 espectadores, con un diámetro de unos 30 metros, pensada para que el público pueda ver la expresión del rostro de los artistas mientras éstos actúan. En esta nueva visita, la troupe presenta un espectáculo titulado Belle Époque. Como número estrella, el llamado "globo de la muerte", que llevan a cabo varios motoristas que dan vueltas simultáneamente en el interior de una gran esfera metálica. Además, hay un buen puñado de números pertenecientes al circo tradicional propio de los Raluy, que dan acomodo a su público en gradas antiguas tapizadas con terciopelo.
Más allá del periodo festivo, la próxima gran cita con el circo será en el mes de febrero, aunque en este caso con un criterio en los antípodas del de los Raluy. Vendrá de la mano de El Cirque du Soleil, con Alegría, un espectáculo presentado ya en 1998 en Barcelona, una de las ciudades preferidas por la compañía canadiense dada la calurosa respuesta del público. El montaje podrá verse entre el 23 de febrero y el 25 de marzo de 2007.
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