El PSC no pondrá obstáculos a un eventual acuerdo de gobierno entre el PSOE y CiU

Los socialistas catalanes ven con buenos ojos el acercamiento de Convergència i Unió (CiU) al Gobierno del PSOE preconizado por Josep Antoni Duran Lleida, líder del segundo partido de la federación nacionalista, Unió Democràtica. El PSC tiene a CiU como principal opositor en Cataluña, pero no pondría obstáculos a un eventual acuerdo de gobierno entre el PSOE y CiU, incluso si implicara la entrada de los nacionalistas en el Gobierno de España, según aseguran relevantes dirigentes del socialismo catalán.

Duran defendió el jueves, en un artículo publicado en EL PAÍS, que CiU abandone la política de "influir" en el Gobierno de España, pero sin entrar en él, que es la aplicada por Jordi Pujol desde la fundación de la federación, por otra consistente en "participar desde el Gobierno en la transformación de España". (Este artículo puede leerse en www.elpais.com)

Esta posición de Duran es compartida por el líder de CiU, Artur Mas, aunque con un importante matiz temporal. Fuentes próximas al presidente de CiU dijeron que después del "desengaño" con el PSOE provocado por la reedición del tripartito de izquierdas en Cataluña, cualquier nuevo acercamiento sólo podría producirse después de las elecciones municipales del próximo mes de mayo o, según los resultados, puede que hasta después de las legislativas previstas para la primavera de 2008.

Mas se siente "traicionado" por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de quien esperaba que, tras el pacto entre ambos sobre el Estatuto catalán, impediría la reedición del Gobierno de izquierdas en Cataluña si CiU lograba ser, como logró, la primera fuerza en las elecciones autonómicas del 1 de noviembre.

La toma de posición de Duran fue "positivamente" acogida el mismo jueves por uno de los más importantes dirigentes del PSC, José Zaragoza, secretario de Organización. Pero lo hizo, sobre todo, señalando que existe una divergencia clara entre la oferta de colaboración con los socialistas formulada por Duran y la política de oposición practicada por Mas en Cataluña.

Otros dirigentes del PSC han ido más lejos y han señalado que para Zapatero sería un éxito ampliar sus apoyos parlamentarios y "dejar bien aislado al PP".

Giro a la derecha

El PSC, que tiene 21 diputados en el grupo parlamentario del PSOE, defendió tras las elecciones al Parlamento catalán su plena autonomía para decidir la política de alianzas en Cataluña. Optó por el pacto de las tres fuerzas de izquierdas, a pesar de que el PSOE le aconsejó una alianza con CiU. La segunda parte de aquel envite es que ahora el PSC no discute en absoluto que Zapatero es totalmente libre para llegar a pactos con la fuerza política que constituye el primer grupo de la oposición en Cataluña, aunque eso pueda acarrearle complicaciones en el Gobierno catalán.

Un eventual pacto PSOE-CiU dejaría en la oposición en las Cortes a los aliados del PSC en el Gobierno catalán, Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa Verds-Esquerra Unida. El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, ha dado ya por finalizada la relación prerente que su grupo parlamentario mantenía con el PSOE y denuncia el "giro a la derecha" que lleva a Zapatero a entenderse con CiU. Y Esquerra pretende disputar a CiU el papel de lobby catalán en Madrid.

Por otra parte, los socialistas catalanes se preparan para la sustitución de Pasqual Maragall en la presidencia del partido. Fue el propio Maragall quien, en la reunión de la comisión ejecutiva celebrada el lunes pasado, advirtió a sus compañeros de que debían hacerse a la idea de que él dejaría el cargo, informó ayer El Periódico de Catalunya. Maragall señaló a la vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, como la sucesora idónea, porque, en su opinión, ya va siendo hora de que una mujer ocupe este puesto. Sin embargo, el cambio no podrá llevarse a cabo hasta 2008, cuando el PSC celebre su próximo congreso.