Feliz Navidad
Se notó diciembre no por el mercurio (bien crecido hasta hace cuatro días) sino por la irrupción en nuestras vidas de anuncios de perfumes, telemaratones solidarias, rastrillos de caridad, cenas de empresa y sablazos con las participaciones de lotería.
Y por supuesto, también, porque llegó la avalancha de los llamados christmas. En los buzones de llave y en los buzones de clave, en los del portal y en los del ordenador. O sea, que además del modelo impreso (la mayoría a beneficio de alguna ONG) las buenas intenciones ya adoptan diversos formatos digitales, a veces incluso sonorizados y en movimiento. Y hasta "interactivos": basta cliquear y vas encendiendo las luces, prendes la chimenea, colocas el árbol con estrella en la copa y regalos junto a las raíces... y finalmente adornas el salón de la postal con velas y guirnaldas (también disponible para móvil)
Hace ya un par de semanas que vengo recibiendo algunas de estas felicitaciones de Navidad, tanto las clásicas como las cibernéticas. Proceden de instituciones o empresas y también de amistades o simples conocimientos generalmente del género laico o agnóstico, cuando no directamente ateo. Las primeras suelen transmitir un simple saludo cortés y la expresión tópica de Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo. En ocasiones huyen de la interpretación religiosa de sus buenos deseos: se limitan a desear paz, como la Fundación Blasco Ibáñez, o, como la Universitat de Valencia, un compromís amb el ser humà i la natura. En bilingüe viene el e-mail de la EMT. Otras en purito castellano, pese a reproducir unos versos del Veles e vents de Ausias March (tarjetón confesional Sagrada Familia de la alcaldesa de Valencia). En fin, que la cosa daría para un tratado. ¿Y el tiempo que le habrá dedicado el autor o autora del mensaje que no me desea "chorradas" sino que me toque la lotería e inolvidables orgasmos? Un vídeo en clave de humor representa con técnicas de animación a la familia real, a Bono el pastorcillo con cabra y todo, a lo más granado de la tropa pepera junto al fuego, a Maragall el caganer, y a Aznar de angelito controlándolo todo mientras bate las alas... Otra felicitación, absolutamente antimonárquica, consiste en un collage titulado "Mensaje Navideño del Rey de España". Se pueden ustedes imaginar las cosas que le hacen decir con el método corta y pega.
Recibo igualmente muchos mensajes personalizados y a menudo militantes. Por ejemplo, el bufete Varela (mi amiga María José, ariete feminista contra las injusticias) ha utilizado, este año enlutado por tantas mujeres asesinadas, un soporte de cartulina muy negra. El pasado nos remitía la foto de un grupo de árabes de distintas edades, todas con velo y sayones hasta los pies y un pie de foto que advertía: "No es moda, es obligación legal...". Por si alguien todavía dudara del sentido original de acarrear tanta tela.
Me han impresionado los buenos deseos de la Fundación Isonomía, de la Universitat Jaume I. La imagen es de una mujer jirafa, una birmana refugiada, un bello rostro sobre fondo oscuro que dista 20 centímetros de la clavícula porque entre uno y otra se interponen hasta 12 aros de cobre que se le han ido colocando desde que tiene 5 años, cada miércoles de luna llena. Estamos en un lugar paradisíaco de Tailandia, cuyo gobierno las "acoge" con la condición de convertir en espectáculo lo que a ellas les produce grandes sufrimientos y un daño irreversible. Estas mujeres de la etnia Kayan (cuyos pasaportes han sido convenientemente secuestrados) jamás podrán hacer una vida normal, y hasta para besar a sus hijos han de alzarlos a la altura de sus caras. La postal de Isonomía lleva el lema "Igualdad para respetar la diferencia. Igualdad para garantizar los derechos", y nos informa de que los tour operadores ofrecen a las "exóticas" una cuota mensual gracias a la cual los maridos pueden haraganear todo el tiempo. El texto del que extraigo estas atrocidades se titula Silencio y es de Amparo Navas. En él lamenta que mientras protestamos contra la lapidación y la ablación "el mundo guarda silencio ante este martirio". Y Jesús en el pesebre, se ríe porque es alegre. Feliz Navidad.
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