Cada agente ambiental cubre un área de 230 kilómetros
Cada agente ambiental de la Generalitat debe vigilar un área de 230 kilómetros cuadrados. Así lo indicó ayer el secretario de Medio Ambiente del PSPV, Francesc Signes, que se sumó a las críticas por la situación de precariedad en la que trabaja este colectivo encargado de vigilar y salvaguardar el medio natural.
Signes indicó que sólo hay 24 agentes por cada una de las 11 demarcaciones forestales en las que se divide la Comunidad Valenciana. "Es decir, 288 agentes para más de 23.000 kilómetros cuadrados, con vehículos inapropiados y mal equipados", señaló el portavoz socialista.
Para el secretario de Medio Ambiente del PSPV, "la Generalitat está deteriorando la calidad de los servicios públicos, desviando el dinero a grandes obras y eventos que no repercuten en la calidad de vida de los ciudadanos". Francesc Signes argumentó que los agentes encargados de la vigilancia del medio ambiente trabajan en condiciones precarias que ponen en riesgo su vida.
Sin ropa ignífuga
"Carecen de ropa ignífuga, a pesar de que participan en la extinción de todos los incendios forestales", prosiguió Signes, "los vehículos no tienen debidamente equipados los botiquines de primeros auxilios, a pesar de que estas personas trabajan solas en el monte". El miembro de la ejecutiva del PSPV también criticó que "se les obligue a trabajar de noche, cuando la plantilla es insuficiente para vigilar el monte, incluso de día". Una situación que también les impide acudir a cursos de perfeccionamiento que les permita desarrollar mejor sus funciones, según Signes, que añadió: "[el consejero de Territorio] González Pons demuestra muy poco interés por los montes valencianos al negarse a proporcionar a los agentes medioambientales los instrumentos necesarios para desarrollar su trabajo con eficacia y seguridad".
El portavoz de Esquerra Unida-L'Entesa en las Cortes Valencianas, Joan Ribó, ha formulado varias preguntas parlamentarias al Consell en las que revela que en algunos casos los agentes medioambientales carecen de linterna, utilizan coches marcar Renault-4L con más de 15 años de vida y toman las fotografías para sus informes con máquinas polaroid.
El malestar entre el colectivo de los agentes medioambientales, antes denominados forestales, no es nuevo. Ribó ya se interesó en su momento por las condiciones en la que este personal de la Generalitat podía hacer frente al protocolo de prevención de la gripe aviar. Las quejas ahora proceden del desfase que existe entre las normas básicas de seguridad en extinción de incendios forestales transmitidas por la propia Consejería de Territorio y la realidad con la que estos agentes tienen que enfrentarse diariamente en su trabajo.
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