_
_
_
_
Reportaje:

Chanel se viste de Velázquez

Amelia Castilla

Las obrar de Goya, Romero de Torres, Anglada-Camarasa, las fotografías de Ortiz Echagüe, el mundo de los toros y el flamenco, con toda su parafernalia de lunares y faralaes, constituyen la referencia de España más extendida en la alta costura. Chanel, Gaultier, Lacroix, Dolce & Gabanna, Jesús del Pozo, Lidia Delgado, Manuel Piña o Dior, entre otros, forman parte de la larga lista de creadores que han sucumbido a los atractivos de nuestro arte o nuestras costumbres. Genio y figura, la expresión popular castellana que indica temperamento y elegancia innata, da título a la exposición que se exhibe en el madrileño Museo del Traje, situado en la Ciudad Universitaria, hasta el 4 de febrero de 2007. La muestra ha inaugurado una sala de exposiciones temporales que tendrá corta vida, ya que la Universidad Complutense, propietaria del terreno, pretende ahora adquirir el edificio.

El camino recorrido por Manuel Outumuro, fotógrafo de moda y comisario de la muestra, para reunir los más de cincuenta diseños y una veintena de objetos como bolsos, sombreros, zapatos y alpargatas, cedidos por los más importantes creadores, no ha sido una labor fácil. "Fue especialmente complicado disponer de algunos de los vestidos prestados por creadores españoles porque muchos de estos diseñadores carecen de fondo", asegura el comisario, que ha tardado cerca de quince años en ver cómo su proyecto se hacía realidad. El origen de sus investigaciones sobre la influencia de la cultura española en el diseño bien prodría situarse en 1990 con ocasión de una visita a Nueva York, donde el fotógrafo español organizaba una retrospectiva de Elsa Peretti. Allí coincidió con Richard Martin y le contó su proyecto. Animado por el conservador del Costume Institute del Metropolitan, el fotógrafo regresó a su casa en Barcelona y empezó a recortar Vogue y Harper's Bazaar como loco, pero muy pocos creían en esos años que un traje de Sybilla podría ser objeto de una exposición. El paso del tiempo ha venido a darle la razón: la cultura de la moda ha dejado de ser un fenómeno emergente.

Un vestido largo de noche

de Sybilla, realizado en crepé y seda negra, en cuyo delantero a la altura del pecho varias piezas unidas con hilos invisibles que simulan la cabeza de un toro, ocupa la portada del catálogo de la muestra. El traje, diseñado por esta creadora, se exhibe en la muestra apoyado por una fotografía del toro de Osborne, cuya imagen se ha hecho popular en las carreteras de nuestro país. El modelo se repite con todos los objetos expuestos. La conexión con el mundo del arte se muestra a través de pinturas, grabados, fotografías y cerámicas. Así cada modelo se acompaña de la pieza (original o una reproducción) que lo inspiró. Las Meninas estimularon a Karl Lagerfeld un vestido de cóctel, en raso de seda blanco y negro, en el que no falta la falda ahuecada con un armazón, y el retrato de Sonia de Klamry, realizado por Anglada-Camarasa, pudo pasar por la mente de John Galliano cuando creó un vestido adornado con bordados de color al modo de un mantón de Manila. "Hay ropa inspirada en el realismo de Velázquez, la abstracción de Miró y la fuerza expresiva de Barceló, poniendo acento en la evolución de la vanguardia en el diseño, con piezas de grandes modistos", añade Outumuro. Genio y figura reúne objetos de origen popular y de valor artístico. Como complemento, para completar la relación con la indumentaria popular acompañan la muestra un traje de torero y unas alpargatas del XIX, así como joyas y relicarios. En la sala de al lado, un vídeo realizado por Isabel Coixet recrea, en una pasarela virtual, la corta pero interesante historia de la moda española.

La relación de los grandes ar

tistas y los creadores no constituye un fenómeno nuevo. Pintores y escultores han reflejado en sus obras una forma de vida con tanta precisión y detalle que sus cuadros se han convertido en fuente de inspiración. "El arte, las costumbres y el folclore son los aspectos elegidos con mayor frecuencia por los diseñadores", apunta el comisario. Como ejemplo cita el caso de la vanguardista Elsa Schiaparelli, quien tras realizar una colección dedicada a Goya, en 1934 decidió dejar de lado los retratos históricos y adentrarse en el arte contemporáneo. Para sus colecciones de espítiru surrealista recurrió a Dalí como colaborador. El traje sastre con "bolsillos cajones" o el emblemático "sombrero zapato" nacieron de su encuentro con el pintor catalán. Tras esta experiencia también Coco Chanel y Picasso coquetearon preparando el vestuario de una obra de teatro. Precisamente, un vestido diseñado por Coco Chanel, en 1929, constituye la pieza más antigua de la muestra. Genio y figura, coorganizada por el Ministerio de Cultura y la SEEI (Sociedad Estatal para Exposiciones Internacionales), fue expuesta en Japón como parte del programa cultural que llevó España a la Expo de Aichi en 2005.

Pasamanería, encajes y redecillas

LA MODA del siglo XX ha buscado inspiración en otras culturas, pero si volvemos la vista atrás sobre la Europa del XVI encontramos que el imperio de Carlos V impuso un modelo indumentario en el que primaba el negro y la solemnidad, muy a tono con la moral represiva de la Contrarreforma. En el catálogo de Genio y figura, la historiadora Lydia Kamitsis recuerda también que España vuelve a marcar tendencias en el XIX gracias a la pintura de Goya y Velázquez y el origen español de la emperatriz Eugenia de Montijo.

Mantillas, capelinas y boleros se mantienen en boga durante décadas, pero persiste también una idea que tiende a identificar de manera abusiva la moda española con todo aquello que se adorne con pasamanería, encajes, redecillas y piedras negras. Sin duda la causa de esta imagen proviene de los cuadros de Goya. Como argumento, Kamitsis aporta un texto de la revista La Mode Illustrée de 1856: "Este invierno se llevarán bonitas basquiñas de terciopelo negro, guarnecidas con guipur de flecos y azabache, forro de satén y bordado largo de azabache en el centro. Se designará esta clase de prenda con el nombre de Duquesa de Alba". A. C.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_