Procesado un periodista francés por el 'escándalo Clearstream'
El llamado caso Clearstream [el escándalo desatado por unas listas que involucraban a políticos y empresarios franceses en el cobro de sobornos, y que resultaron ser un simple montaje] ha tomado de pronto una sorprendente deriva con el procesamiento del periodista Denis Robert, el hombre que está en el inicio de este culebrón que salpica desde hace dos años a las más altas esferas del Ejecutivo francés. Tras interrogarle durante 10 horas, los jueces Henry Pons y Jean-Marie d'Huy acusan a Robert, autor de un libro sobre la sociedad financiera luxemburguesa que da nombre a este entramado, de "encubrimiento de objeto robado" y "abuso de confianza".
Con esta decisión, y una vez que los magistrados optaron por llamar simplemente como testigo al primer ministro, Dominique de Villepin, apartándole completamente del caso, la justicia parece dispuesta a aparcar la dimensión política del caso para reducirlo a un plano estrictamente penal, en relación con el origen de los documentos y su manipulación.
Es efectivamente Robert quien recibe de Florian Bourges, empleado de la auditora Arthur Andersen -también procesado- la famosa lista de 33.340 cuentas corrientes de la sociedad Clearstream que, supuestamente, incluyen las de los beneficiarios de las millonarias comisiones por la venta de varias fragatas de la empresa Thompson a Taiwan. Y también quien le entrega una copia al informático Imad Lahoud, que se hace pasar por un agente de los servicios de inteligencia franceses.
Pero Lahoud miente, en realidad trabaja para Jean-Louis Gergorin, vicepresidente del consorcio aeroespacial europeo EADS, que en aquel momento se enfrenta a un relevo en su cúpula directiva. Es en este contexto en el que Lahoud falsifica y Gergorin pone en circulación el listado con la intención de influir en la carrera por la presidencia de EADS.
Sospechas sobre Villepin
Pero la cosa se complica. Alguien, supuestamente Lahoud, incluye a un montón de gente, no sólo empresarios y banqueros, sino también políticos como el socialista Dominique Strauss-Kahn y el mismísimo ministro del Interior, Nicolas Sarkozy.
A principios de 2004, Gergorin entrega el falso listado a la justicia al tiempo que filtra los nombres al semanario Le Point. Sobre Villepin, que ocupaba entonces la cartera de Exteriores, pesaban fundadas sospechas de que habría ordenado a los servicios secretos que involucraran falsamente a Sarkozy, entonces titular de Interior. La rivalidad entre ambos por el control del partido gubernamental, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), daba aún más verosimilitud a esta hipótesis.
Los jueces, sin embargo, han optado por abandonar esta pista y se han centrado exclusivamente en la trama que lleva al origen de las listas. Robert ha reconocido que las recibió de Bourges y que, sin él saberlo, fueron manipuladas por Lahoud, pero dice sentirse víctima de la lucha entre facciones del partido gubernamental.
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