Blázquez asegura que la sociedad asumirá medidas de gracia si ETA deja las armas

El presidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, manifestó ayer que está convencido de que "la sociedad será generosa ejercitando medidas de gracia si realmente ETA depone definitivamente las armas" y pidió la "unidad de todos". Blázquez hizo estas afirmaciones en el curso de la reflexión sobre el proceso de paz en el País Vasco que ofreció en los Desayunos Informativos de Europa Press. El obispo de Bilbao no eludió un diagnóstico sobre la situación del proceso, que calificó de "cierta penumbra", aunque él se definió como un "realista esperanzado".

La segunda intervención, en un foro público en Madrid, del presidente de la Conferencia Episcopal en los casi dos años tras su elección tuvo la nota llamativa de las ausencias del arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco, sus dos obispos auxiliares y el secretario de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino. Sin embargo, Blázquez estuvo acompañado por el vicario general de Bilbao, Ángel María Unzueta, el secretario general del Obispado y los obispos de Alcalá y Ciudad Real. En el terreno político, no hubo representación del PP ni del PSOE, pero sí del Gobierno socialista y del PNV.

Su intervención contó con una notable expectación, sobre todo por su visión del proceso de paz en Euskadi, que atraviesa por una etapa de crisis.

El obispo de Bilbao se alejó, en su análisis, de la visión catastrofista del proceso, dramatizada hasta el extremo por los medios más conservadores. Empezó señalando que el alto el fuego de ETA generó "gran esperanza" y el "itinerario de esa esperanza va pasando por diversas zonas, igual que la vida". "Hay momentos en que la esperanza es luminosa, incluso se ve reforzada por la euforia, y otros momentos en que la esperanza está muy probada y se sostiene por convicciones profundas; hay veces en que la esperanza se encuentra ante una oscuridad que apenas ve; hay momentos de confusión, quizás de estancamiento, y el ritmo de la evolución de la esperanza también es diverso en unos momentos y otros", describió, para definir así el actual momento: "Ahí estamos. Tengo la impresión de que ahora nos encontramos en una fase de penumbra".

Expresó, a continuación, su visión del futuro del proceso de paz y se definió como "realista, con un realismo esperanzado".

Blázquez hizo gala de una apuesta apasionada a favor del proceso: "Queremos ardientemente ver la luz al final del túnel y trabajamos por ello. Empeñamos nuestros esfuerzos por ello. Debemos sumarnos todos porque es una causa extraordinariamente importante no sólo para el País Vasco, sino para todos. Pero yo no soy profeta. Dios quiera que lleguemos a buen puerto. Hagamos todo lo posible".

Manifestó la "conocida disponibilidad de la Iglesia, como ha demostrado mil veces, para contribuir a la plena pacificación". Y anunció la celebración de una "campaña de reconciliación" que llevará a cabo la Iglesia vasca en Euskadi bajo el lema "Muévete por la paz", y que culminará el 3 de febrero. Expresó cómo su deseo ha sido estar siempre cerca de las víctimas y destacó que "ninguna víctima se ha tomado la justicia por su mano, lo que dice muchísimo de su altura moral y humana".

También explicó el sentido de la palabra "indulgencia" para los miembros de ETA en la última pastoral, a la que aplicó un "sentido cristiano y una versión en el derecho". "Medidas de gracia, eso es a lo que nos referíamos", dijo, y precisó: "Estoy convencido de que la sociedad sería generosa ejercitando medidas de gracia si la organización depone definitivamente las armas".