Profesora de Filología Griega de la UPV "La realidad siempre se puede describir de manera fraudulenta"
Elena Redondo (Navalperal de Pinares, Ávila, 1954) es doctora en Filología Griega y profesora del Departamento de Estudios Clásicos de la Facultad de Filología, Geografía e Historia de la UPV. Recientemente participó en San Sebastián en las decimoterceras Jornadas sobre la Antigüedad, en las que disertó sobre retórica y verdad.
Pregunta. ¿Cuándo y en qué contexto surgió la retórica?
Respuesta. La retórica como el arte de componer discursos surgió en el siglo V a. C. en Sicilia, ligada a la democracia directa y a los juicios públicos.
P. ¿Se corresponde con la actual teoría de la comunicación?
R. Sí. Todos sabemos que la retórica ha tenido una prensa muy mala y por eso ahora está resurgiendo como teoría de la comunicación. En el siglo XIX, a los políticos los veían cuatro personas. En cambio ahora, con la televisión, los políticos vuelven a ser vistos. Aparecen y tienen que hablar. La retórica en la Grecia antigua no era sólo el uso de la palabra, sino también la gesticulación, la vestimenta,... En una palabra, la representación. Y esto en la moderna teoría de la comunicación se estudia muy bien.
"La retórica es un instrumento válido. Lo que cuenta es la ética de quienes la utilizan"
P. ¿Ese resurgimiento está consiguiendo dejar a un lado la connotación negativa que citaba?
R. La retórica es un instrumento muy válido del manejo del lenguaje y, como otros instrumentos, la televisión o el cine, puede utilizarse en una dirección o en otra. La mala imagen de la retórica se corresponde a épocas anteriores, porque estaba muy anquilosada en una serie de figuras, tropos y lugares comunes. Ahora, como teoría de la comunicación, está resurgiendo basada en el tipo de medio en el que tiene que hablar el político.
P. ¿Pero qué predomina, un mal o un buen uso de la retórica por parte de los políticos?
R. Yo veo los dos usos. La retórica siempre tiene que estar relacionada con la ética. La persona ética manejará la retórica en beneficio de la sociedad. La persona no ética la usará del modo que le convenga a ella. Lo que cuenta es la conciencia ética de quienes la utilizan. Y también es muy importante la formación crítica del receptor.
P. ¿A la sociedad en general le falta espíritu crítico con los discursos públicos?
R. El receptor siempre puede evitar ser manipulado.
P. ¿Usted cree?
R. Hay que estar muy atento a lo que se dice, eso sí. En cualquier caso, nunca mezclaría la técnica de la retórica con el uso que se hace de ella, como no mezclaría la televisión con el uso que se hace de ella. ¿Todo el mundo puede ser crítico con los mensajes de la televisión? Pienso que sí. Otra cosa es que quiera, porque igual cuando pone la televisión sólo quiere entretenimiento.
P. Retórica, verosimilitud, manipulación y verdad. ¿Qué reflexión le merecen estas cuatro palabras?
R. La retórica siempre es verosimilitud. Hay que distinguir entre el mundo real y cómo se transmite ese mundo por medio de las palabras. Y todos sabemos que mediante las palabras se puede mentir. La realidad siempre se puede describir de manera fraudulenta a través del lenguaje.
P. ¿Y qué pasa con la verdad?
R. Si alguien describe un hecho de tal manera que no sea verosímil, aunque sea real, no le van a creer. Y, bueno, el concepto de verdad... Cada uno tiene su verdad. Hay cosas que son indiscutibles. Por ejemplo, si se produce un accidente de avión, se produce. Ahora bien, la interpretación de por qué se ha producido ya es opinable. Precisamente la retórica muchas veces trata de lo discutible.
P. ¿Ahí es donde puede entrar en juego esa manipulación?
R. La manipulación y la recepción de esa manipulación. Si con el lenguaje puedes mentir, está claro que siempre va a haber alguien que mienta.
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