_
_
_
_
Reportaje:

Vigo exhibe un año de arquitectura

Dos proyectos gallegos, entre los 34 de la Bienal española que se muestran en el Marco

Los 34 proyectos seleccionados entre los más de 400 presentados a la VIII Bienal de Arquitectura Española se exponen en Vigo hasta el próximo 7 de enero. La Casa das Artes acoge la muestra, que se complementa con un ciclo de conferencias en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco) que ayer inauguró uno de los arquitectos seleccionados en esta edición, Martín Lejárraga, y que continuará la semana próxima.

La Bienal es casi un clásico en Vigo, donde el gusto por la buena arquitectura es mayor de lo que podría hacer suponer su estructura urbana. De hecho, una de las 34 obras seleccionadas está en esta ciudad. Se trata una vez más de la urbanización del Campus Universitario de Vigo, representada en esta ocasión por el Aulario firmado por el estudio EMBT Arquitectes Associats. El otro edificio gallego que ha sido seleccionado es una vivienda particular construida en Sanxenxo (Pontevedra) por Jesús Irisarri Castro y Guadalupe Pinilla Castro.

El Aulario del campus de Vigo es un intento de llenar de luz las oficinas universitarias
Más información
"Creía que esta ciudad era más industrial"

En ambos casos, el jurado parece haber pretendido premiar la concepción más horizontal del espacio. El Aulario de Vigo es probablemente el edificio enseña del nuevo y moderno campus (y esto es mucho decir en una urbanización tan premiada como esta), apuntalado casi sobre el aire en un exitoso y original intento de llenar de luz unas oficinas universitarias. En el interior, la exigente estructura externa marca la cuidada decoración, que llega a ser atípica en un marco académico a causa de la rabiosa modernidad de algunos despachos.

La casa de Sanxenxo utiliza un plano que se convierte a la vez en suelo y techo. Según sus creadores, "la vivienda se entiende como la suma de espacios exteriores, intermedios y cerrados".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La Bienal otorga bianualmente dos grandes premios, el Manuel de la Dehesa y el Enric Miralles, además de seleccionar las 34 obras citadas. Y EMBT Arquitectes Associats, además de ser escogidos por su obra en Galicia, han recibido el premio Manuel de la Dehesa por su proyecto para el Parlamento de Edimburgo. El otro galardón, que recae siempre en un arquitecto español menor de 40 años, ha sido en 2006 para Eduardo Arroyo por su diseño para el estadio de fútbol de Lasesarre, en Barakaldo.

El Parlamento de Edimburgo, según sus autores, pretende "reflejar la tierra a la que representa, Escocia". Por eso lo idearon "surgiendo de la ladera de la silla de Arturo para después acercarse a la ciudad". Menos críptico, Eduardo Arroyo cree que "la realidad supera siempre a la ficción", como demuestran los "micropilotes entubados en camisas de acero inoxidable" que ha utilizado en su particular estadio de fútbol.

El jurado, presidido por la directora del certamen, Dolores Alonso, e integrado por los arquitectos Victoria Acebo, José Morales, Andrés Perea y Juan Roig, tiene su propia visión de las construcciones premiadas. En el caso del Parlamento, el fallo destacó "la intensa creatividad que transmite". Del campo de fútbol señalaron que logró "encontrar un nuevo sentido a los elementos de un programa deportivo convencional". En Vigo puede admirarse además la Estación Fotovoltaica creada por Elías Torres y Antonio Martínez Lapeña, que fue destacada con una mención especial por el jurado.

Un recorrido por la exposición permite comprender la evolución arquitectónica tanto en edificaciones privadas como públicas. Es cierto que la obra pública es hoy por hoy la tabla de salvación de la mayor parte de la creatividad arquitectónica, como demuestran los espectaculares 10.000 metros cuadrados del Musac de León que crearon Luis M. Mansilla y Emilio Tuñón. Pero entre las obras seleccionadas el espectador debe detenerse en la Casa Sacerdotal Diocesana construida en Cáceres por Miguel de Guzmán, Andrés Jaque y Enrique Krahe, todo un ejemplo de arquitectura funcional.

Tampoco está de más soñar cinco minutos ante los 240 metros cuadrados de la piscina flotante en el río Spree, en Berlín, diseñada de forma espectacular por Felipe Artengo, Fernando Martín y José María Rodríguez-Pastrana. A través de planos, imágenes y palabras, el visitante se adentra en la Torre Woerman de Las Palmas de Gran Canaria o en el cementerio cacereño de Moraleja, en un recorrido en el que predomina la obra pública.

Al arquitecto Martín Lejárraga no le gusta hacer esta distinción entre la construcción pública y la privada, y se limita a distinguir "entre clientes y promotores cultos" y el resto. Quizá este sea el único secreto entre una gran obra y una obra común. En todo caso, las suyas son dos de las construcciones que pueden admirarse en la Casa das Artes de Vigo antes de que la muestra itinerante deje España para iniciar un periplo por el extranjero.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_