La viuda de Litvinenko acusa a Putin del asesinato de su marido

Marina Litvinenko, viuda del ex agente ruso envenenado, rompió ayer el silencio que ha mantenido en torno al asesinato de su marido en una entrevista con el dominical británico The Mail on Sunday. En ella acusa al presidente ruso, Vladímir Putin, de ser el causante indirecto de la muerte de Alexander Litvinenko, describe las primeras horas en que su marido empezó a encontrarse mal y admite que no sabe de dónde salía el dinero que el ex agente traía a casa, aunque está segura de que no estaba inmiscuido en actividades ilegales.

Alexander Litvinenko murió el 23 de noviembre, 22 días después de ser envenenado con el isótopo radioactivo. Poco antes de morir, el ex agente culpó directamente de su muerte al presidente ruso. "Obviamente no ha sido el mismo Putin, por supuesto. Pero lo que Putin hace en Rusia permite que se pueda matar a un británico en suelo británico. Creo que han podido ser las autoridades rusas", declara Marina Litvinenko.

La viuda del ex agente asegura que no piensa colaborar en la investigación que han abierto las autoridades rusas porque no tiene confianza en ellas ni cree que vayan a decir la verdad. Seguirá colaborando, sin embargo, con los investigadores británicos. En los momentos más emotivos de la entrevista, Marina explica la reacción del hijo de ambos, Anatoly, ante la enfermedad del padre y cómo el pequeño comentó a una amiga que cuando le vio en el hospital tuvo miedo: "No era como mi padre, parecía de plástico". La seguridad de Anatoly era una de las pocas cosas que revelaban que Litvinenko temía que algo le pudiera pasar algún día a la familia desde que llegaron al Reino Unido seis años antes, huyendo de Rusia. "A veces me decía que no llevara a Anatoly a la escuela, pero no me explicaba por qué. Pero nuestra casa estaba abierta y siempre estaban viniendo amigos", explica la viuda.

Pero Marina no deja claro de qué vivían y no consigue disipar las dudas que existen sobre la legalidad de las actividades de su marido. "No sé exactamente lo que hacía porque sólo empezó a ser activo en el mundo de los negocios hace un año, no antes. No sé cuál era el negocio, sólo sé de su vida familiar", reconoce. "No éramos ricos, pero vivíamos con comodidad. Sasha nunca me dijo de dónde venía el dinero pero siempre hizo lo posible para que Anatoly y yo estuviéramos cómodos", añade.

El día en que Litvinenko fue envenenado coincide con el aniversario de su llegada al Reino Unido. Esa noche, Marina había preparado una cena especial. Su marido había regresado a las siete de la tarde y cenaron con toda normalidad. Se acostaron temprano pero pronto empezaron los problemas: Alexander empezó a encontrarse mal y no paró de vomitar en toda la noche. La cena de aniversario fue su último bocado sólido. "Intentaba comer pero no podía. Luego, en el hospital, cuando pareció encontrarse algo mejor, trató de comer un poco de sopa, pero su cuerpo la rechazaba. Le quemaba por dentro".