El Atlético vuelve a mirar hacia arriba

Hace tiempo, mucho, dos serbios, Radomir Antic, entrenador, y Milinko Pantic, lanzador de faltas, llegaron a la ribera del Manzanares. Con ellos llegó lo impensable: el Atlético se proclamó campeón de la Liga por primera vez desde 1977 y de la Copa, que no acariciaba desde semanas antes de la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Ocurrió en 1996, año más conocido por su hinchada como "el del doblete". Diez después, el equipo que dirige Javier Aguirre, cuarto, con 24 puntos, vuelve a mirarse en el espejo del pasado añorado. Entonces, a estas alturas del torneo, contabilizaba 30 y era el segundo, en un combate desenfrenado con el Barça. Después, sólo en la temporada 1997-98 sumaba uno más, 25, que ahora.

"Tenemos un margen de mejora amplio y el objetivo es Europa", sostiene Aguirre

"Tenemos un margen de mejora amplio". Ésa es la respuesta del técnico mexicano ante el optimismo que se dispara. Como Enrique Cerezo, el presidente, repite como un disco rayado que el Atlético "está diseñado pensando en Europa". Para eso se han invertido más de 42 millones de euros, sólo por detrás de los 60,5 del Madrid. "Pero debemos ser más regulares, mantener el nivel de concentración, no abatirnos y salirnos del encuentro de repente", advierte Aguirre.

Con razón: el Atlético ha empezado perdiendo todos sus partidos en el estadio Calderón. Al final, remontó cuatro, con tres triunfos (Sevilla y Recreativo, por 2-1, y Villarreal, por 3-1) y un empate gracias a un gol en propia puerta de Ansotegi (Real Sociedad, 1-1). En cambio, el Valencia y el Zaragoza se llevaron los tres puntos con un tanto solitario. Tampoco es una novedad que el grupo de Torres pierda en su casa lo que gana apretando los puños fuera de ella. Ya en el curso anterior flaqueó tanto que apenas sumó 27 puntos, su peor registro desde el descenso al infierno de la Segunda División.

De ahí, el resquemor ante la visita del Espanyol, sobre todo por su poderío en la Copa de la UEFA y su gran actuación contra el Sevilla. "No se puede estar siempre a contracorriente", asume Aguirre, que, olvidado el experimento del trivote, apostará por quinta vez consecutiva por el mismo once: Leo Franco; Seitaridis, Perea, Zé Castro -recuperado de una contractura en el recto anterior del muslo derecho, le ha ganado el puesto a Pablo-, Pernía; Galletti, Luccin, Maniche, Antonio López; Torres y Agüero. Viéndolas venir, Aguirre insiste en que el objetivo de hoy es "no recibir" ningún gol. "Necesitamos mejorar la movilidad del balón", apunta Mista, que cedió la titularidad por una lesión. A su favor, el Atlético tiene que sólo ha perdido cuatro veces frente al Espanyol en su terreno.

A domicilio, todo va mejor. La trayectoria lejos de las obras de la M-30 es la mejor del último decenio: cuatro victorias (Racing, Athletic, Levante y Betis) y dos empates (Mallorca y Real Madrid). Hay que remontarse de nuevo al doblete para encontrar un casillero más favorable: cinco triunfos extramuros. "Hasta ahora, hemos entrado y salido de los puestos de las Champions. Tenemos que mantenernos, porque el objetivo es Europa", insisten Aguirre y los suyos. Salvo los amistosos de verano, el Atlético no pisa un campo extranjero desde que el Lazio le echó de la Copa de la UEFA, en las semifinales, en un partido traumático en el que Jugovic, un pistolero profesional, apuntilló (0-1) al conjunto de Antic y de Pantic, aquéllos del doblete.