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Una nueva oleada de atentados antichiíes causa 44 muertos

Al menos 44 personas murieron ayer en Irak en una nueva oleada de atentados contra la comunidad chií, en la misma jornada en la que el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, anunciaba la celebración de dos conferencias para lograr la pacificación del país (una nacional, de reconciliación, y otra regional), así como un reajuste ministerial para "ampliar la base" de su Gobierno.

Esta vez los terroristas emplearon seis coches bomba para ensangrentar las calles de Bagdad. El primero estalló en una carretera al norte de la capital, al paso del microbús que transportaba a un grupo de empleados del Waqf chií, una fundación encargada del cuidado de las mezquitas y de los bienes religiosos. Tras la explosión, un grupo armado abrió fuego a mansalva contra el autobús. Quince civiles murieron y otros nueve resultaron heridos.

El mismo procedimiento (coche bomba y disparos) usó otro grupo para atacar un vehículo que transportaba reclutas de la policía iraquí, también en el norte de la capital. Mataron a siete jóvenes e hirieron a 12. Minutos más tarde, otros tres coches bomba estallaban cerca de una gasolinera en Bayaa, barrio de mayoría chií al sur de la capital. Quince muertos más y 25 heridos. En otro barrio chií, Al Amel, otro coche bomba acababa con la vida de tres civiles. Y en el barrio de Al Qariha, dos niños murieron por la caída de un obús, mientras una bomba mataba a dos soldados en el oeste de la capital.

Conferencia nacional

Esta oleada de atentados se convirtió en el siniestro preámbulo de los anuncios que ayer hizo el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki. El primero, la celebración, a mediados de este mes, de una conferencia nacional de reconciliación. "Todos los partidos, estén o no en el Gobierno, van a participar", señaló Al Maliki. "Nos vamos a poner de acuerdo para terminar con el derramamiento de sangre y los conflictos confesionales".

El primer ministro anunció además el envío de delegaciones "a los países vecinos" para organizar "una conferencia regional para combatir el terrorismo". Al Maliki había rechazado la propuesta de Kofi Annan, secretario general de la ONU, para convocar una reunión internacional sobre el conflicto iraquí. A criterio de Bagdad, es mucho más efectivo implicar a los países de la región, como Siria, al que acusa de permitir el paso de terroristas islámicos, Jordania o Irán.

Presionado además por EE UU, Al Maliki anunció además que abriría un diálogo para "ampliar la base" de su Gobierno y reforzarlo con un reajuste ministerial. La pasada semana, el grupo del clérigo radical chií Múqtada al Sáder, que ocupaba cinco carteras, anunció su retirada del Gabinete en protesta por la reunión del primer ministro con el presidente George W. Bush.

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