El partido democristiano rompe con Berlusconi

La coalición de Silvio Berlusconi asistió ayer a la enésima rebelión centrista. Pierferdinando Casini, gran esperanza del mosaico político democristiano, se distanció del resto de la oposición e inició un nuevo intento de crear un grupo de centro autónomo respecto a las dos grandes alianzas del centro-derecha y el centro-izquierda. "La Casa de las Libertades", dijo Casini, refiriéndose a la coalición berlusconiana, "ya no tiene sentido, hace falta algo distinto".

Casini fue el gran ausente en la manifestación contra el Gobierno de Romano Prodi, que el sábado reunió en Roma a cientos de miles de personas. "Las manifestaciones nunca han resuelto ningún problema", explicó. Silvio Berlusconi, reforzado por el éxito popular de la protesta, le instó a volver a la coalición, y comentó que estaba "engordando un ternero" para celebrar el retorno del "hijo pródigo".

Pero el dirigente democristiano, presidente de la Cámara de los Diputados en la pasada legislatura, insistió en mantener las distancias. "Quizá hoy no se entiendan nuestras decisiones, pero a la larga se apreciará nuestra coherencia", declaró. El momento resulta apropiado para los alardes de autonomía, ya que no hay elecciones a la vista y Casini dispone del tiempo necesario para dar marcha atrás y volver a los brazos de Berlusconi si su esfuerzo por erigirse en "bisagra" acaba en otro fracaso.