San Teleco, fiesta de guardar
A las nueve de la mañana ya había gente con bolsas a las puertas de la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación, en la Ciudad Universitaria. A medida que avanzaba el día, un prado situado a escasos metros de la facultad se convertía en sede de un macrobotellón. Un año más San Teleco, patrón de la escuela, congregó a miles de jóvenes. A las puertas de la escuela, además de un numeroso servicio de seguridad, se apostan, con camiseta amarilla, los organizadores de la fiesta. Son los alumnos que se irán de viaje de paso del ecuador de la carrera. Son casi cien y no dejan pasar a nadie que no vaya a la biblioteca o que no sea de la escuela. Dentro hay actividades culturales, pero no cotizan al alza. A escasos 100 metros de la escuela, la marabunta consume alcohol y calienta motores para la noche. Juan, que se dice "el único que no bebe de la fiesta". No hace falta: "Con el subidón de la Fanta me vale".
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