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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Florentina Gómez Morata, editora

Florentina Gómez Morata, directora de Ediciones Morata, falleció en Madrid el pasado 12 de noviembre a los 53 años.

Con una amplia formación universitaria, se incorporó a Ediciones Morata a mediados de los años setenta y supo dar un nuevo impulso a la empresa familiar, una editorial fundada por su abuelo Javier Morata. Desarrolló toda su carrera al lado de su madre, Flora Morata, persona de gran reconocimiento en el mundo editorial (es uno de los miembros de mayor antigüedad de la junta directiva del Gremio de Editores de Madrid).

La dedicación intensiva de Florentina a la editorial ha contribuido decididamente a la modernización de un pensamiento y de una praxis que llevaba muchos años anquilosada, como consecuencia de la brusca ruptura de una trayectoria editorial iniciada por su abuelo y cuyo valioso esfuerzo la había convertido, especialmente en la Segunda República, en editorial modélica en el campo de las ciencias sociales.

Ella fue quien volvió a recuperar aquella tradición, que la dictadura había interrumpido obligando a su abuelo, con la colaboración de sus hijas Flora y Caridad, a sobrevivir concentrándose casi exclusivamente en el ámbito de la medicina, campo de conocimiento en el que desarrollaron un meritorio trabajo, como reconocen bien todos los especialistas formados en aquellas décadas.

Su trabajo editorial sirvió para abrir ventanas y puertas que permitieron a muchos el acceso al pensamiento y a las prácticas más innovadoras y científicamente rigurosas en los ámbitos de las ciencias de la educación, de la psicología y de la sociología. Las nuevas corrientes que gozaban de mayor reconocimiento en las comunidades científicas en el resto de los países del mundo más desarrollado fueron uno de sus objetivos prioritarios, así como el trabajo serio y relevante que realizaban muchos profesionales de este país, pero que dada su juventud tenían dificultades para sacar a la luz su trabajo.

Desde el principio de su trayectoria a mediados de los setenta, Florentina tuvo claro que el mundo de las ciencias sociales necesitaba mayor atención, pues España en este ámbito tenía déficit muy notables. Era necesario recuperar tantos años perdidos. La democratización de nuestra sociedad precisaba también urgentemente de apoyos en campos de conocimiento y de trabajo profesional como los de la pedagogía, psicología y sociología. Estas temáticas se convirtieron en el eje de su trabajo como editora porque tenía claro que había que romper el aislamiento al que estaban sometidas estas áreas de conocimiento en nuestro país. Ediciones Morata, bajo su dirección, dada la gran calidad de las obras que iba seleccionando para publicar, se convirtió muy pronto en un referente obligado para los profesionales de la educación, de la psicología y de la sociología, tanto de este país como de todos los países de Latinoamérica.

Había que modernizar, pero también recuperar una memoria que tenía demasiadas lagunas, algo que deja muy claro en el título de una de sus colecciones más queridas, Raíces de la memoria, y que aún explicita más en el texto que utiliza para justificarla, recurriendo a una bella cita de John de Salisbury, un humanista medieval, quien, citando el pensamiento de su profesor Bernardo de Chartres, rector de la Sorbona en el año 1150, afirmaba: "Somos como enanos encabalgados sobre los hombros de gigantes y así podemos ver más cosas y más lejos que ellos, mas no por tener una vista más penetrante o poseer mayor estatura, sino porque el gran tamaño de los gigantes nos eleva y sostiene a una cierta altura".

Su compromiso como persona, guiada por sólidos principios éticos y sociales, explica la intensidad de su dedicación, llegando a transformar una editorial pequeña como es Ediciones Morata en referencia imprescindible para el profesorado de todos los niveles educativos, para el alumnado universitario y para todo el conjunto de profesionales implicados en los ámbitos de la ciencias sociales. Con su riguroso trabajo como editora supo construir cimientos sólidos que dieron y siguen dando lugar a prácticas educativas verdaderamente innovadoras y, en general, a intervenciones sociales orientadas a construir sociedades en las que las personas sean cada vez más humanas, más democráticas, justas y solidarias.

A lo largo de los años, el Gremio de Editores de Madrid, y el mundo editorial en general, ha sido testigo también de su labor a través de la Comisión de Pequeños Editores, la Comisión del Libro Científico Técnico, la Comisión de Comercio Exterior y en todas las iniciativas de Bibliodiversidad que vienen promoviendo los editores independientes.

En la actualidad, el prestigio de Ediciones Morata en España y en los países latinoamericanos está fuera de toda duda. Además de sus intervenciones en los congresos nacionales de editores (con títulos tan sugestivos como América Latina, de la realidad al deseo), muchas universidades nacionales y extranjeras la invitaron a impartir conferencias y seminarios para explicar su trabajo y experiencia en el mundo del libro.

Su mente, su sensibilidad y su corazón la convirtieron también en una persona entrañable, lo que explica las relaciones de fuerte amistad que supo mantener con "sus autores", como ella cariñosamente solía denominarlos, así como con los distribuidores, los libreros y demás colegas de las numerosas editoriales. Su espíritu de trabajo, dentro de una tradición familiar, es un ejemplo de buen hacer personal en un entorno donde cada vez es más difícil encontrar estos ejemplos. Quizás en el recuerdo de todos los que colaboraron con ella lo que más permanece es su forma natural de abordar el trabajo con ilusión, siempre con ganas de colaborar y, por encima de todo, con la mayor sencillez, sin hacerse notar.

Sus autores, en nombre de sus lectores, días atrás le dedicaron una esquela en nuestro periódico con una frase que resume muy bien su trayectoria profesional: "Tu labor editorial iluminó y amplió nuestra mirada".

El mundo de la cultura está de luto pues ha perdido una persona que lo ha dado todo por el libro, pero su obra echó raíces sólidas que nos garantizan Flora y hojas perennes.

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