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Los madrileños podrán apostar en todos los recintos deportivos de la Comunidad

El nuevo reglamento también permitirá jugarse el dinero con el móvil y en locales especializados

Oriol Güell

Los madrileños serán a partir de 2007 los españoles que más fácil lo tendrán para jugarse dinero en apuestas. El nuevo reglamento, aprobado ayer por el Gobierno de Esperanza Aguirre, permitirá apostar en los recintos deportivos, en casas de apuestas al estilo inglés e incluso con el móvil. Además, si las empresas del sector lo aceptan, podrá apostarse sobre cualquier cosa, desde el tiempo hasta el campeón del torneo de fútbol del barrio. Los únicos límites serán la prohibición a menores y las apuestas sobre eventos ilegales, políticos o religiosos: no valdrá apostar que Aguirre pierde las elecciones.

El nuevo reglamento del juego, aprobado ayer por el Consejo de Gobierno de Esperanza Aguirre, da luz verde a las nuevas apuestas. Cataluña, Aragón y el País Vasco también han dado los primeros pasos en la nueva regulación del juego, pero será en Madrid (el reglamento entra en vigor en 20 días) donde previsiblemente sean abiertas las primeras casas de apuestas en la calle y las casetas en los estadios de fútbol.

Aguirre ha apostado, como Cataluña, por un modelo abierto para el sector: fijar unas reglas mínimas de juego y que todas las empresas que lo deseen y cumplan los requisitos puedan entrar en el negocio. Los requisitos básicos serán presentar un aval de seis millones de euros y tener un seguro de otros 20 para cubrir una posible quiebra. Aragón y el País Vasco, en cambio, han optado por ceder la gestión del juego privado a empresas por concesión administrativa.

Hasta ahora, las apuestas legales en Madrid y España son, además de los juegos de casino, las denominadas mutuas: aquéllas como la lotería, el bingo, las quinielas o las carreras de caballos en las que al menos el 70% de todo lo recaudado es repartido entre los acertantes.

Contrapartida y cruzadas

El nuevo reglamento introduce las apuestas de contrapartida y las cruzadas. En el primer caso, la empresa fija un coeficiente -por ejemplo, pagar tres euros por cada uno apostado a favor de que el Real Madrid gana el próximo partido- que abonará a los ganadores. En las cruzadas, la empresa es la mediadora entre dos o más personas que apuesten entre ellas lo que deseen, garantizando el pago a los ganadores.

En todos los casos, la Comunidad de Madrid impondrá un impuesto del 10% sobre las cantidades ganadas por la empresa de apuestas, no por los jugadores.

Actualmente es posible realizar este tipo de apuestas por Internet, pero siempre con empresas extranjeras de países donde las apuestas ya eran legales. "Este tipo de juego está en una situación de alegalidad que pretendemos regular para dar mayor seguridad a los jugadores", explica un portavoz de la Consejería de Hacienda.

La consejera Engracia Hidalgo destacó que, al sacar adelante esta norma, Madrid llena un "gran vacío legal" que existe en esta materia y da "seguridad jurídica y transparencia" a los ciudadanos.

El Ejecutivo regional permitirá el juego en casas de apuestas -locales dedicados a este negocio, al estilo de las existentes en el Reino Unido-, en bingos, casinos y salones de máquinas recreativas y también en casetas de apuestas que podrán instalarse en estadios de fútbol, pabellones de baloncesto u otros recintos deportivos. Las casas de apuestas y casetas deberán prohibir el acceso a menores y a las personas, unas 15.000 en la región, que hayan pedido ser incluidas en el registro que les impide acceder a bingos o casinos.

Las casas de apuestas tampoco podrán implantar apuestas sobre eventos ilegales (como las carreras de coches en las carreteras de la región o las peleas de gallos) u otros religiosos o políticos. Esta limitación impedirá en Madrid apuestas habituales en países como el Reino Unido sobre el ganador en unas elecciones o las votaciones de los diputados en la Asamblea de Madrid o el Congreso de los Diputados. La única apuesta prohibida en el Reino Unido es apostar sobre la fecha de muerte de una persona, por el evidente peligro que tiene esta modalidad.

Tampoco serán aceptadas las apuestas que atenten contra los derechos y libertades, el derecho al honor, la intimidad personal y familiar, la propia imagen. Esto impedirá jugarse el dinero apostando sobre la duración del noviazgo de la famosa de turno o los años de cárcel que le caerán al presunto autor de un delito.

El nuevo reglamento también abre el abanico de las formas de apostar, incluyendo las nuevas formas de comunicación como la telefonía móvil.

El Gobierno regional también regula la publicidad que podrán hacer las casas de apuestas, aunque sólo impide su inserción o emisión en programas o medios de comunicación destinados al público infantil.

Las empresas de apuestas autorizadas deberán contar también con un procedimiento de control de los jugadores, mediante la creación de un registro de usuarios que deberá actualizarse diariamente, para asegurar que no puedan apostar los menores, las personas que hayan pedido que no se las deje jugar o las incapacitadas legalmente.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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