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'El gran secret', de Comediants, repasa el idilio del teatro con el amor

Es evidente que los trogloditas y los atenienses de la época clásica no amaban del mismo modo. A los segundos se les debe suponer, como mínimo, más sofisticación que a los brutales neandertales. El cambio podría parecer una evolución natural del ser humano, pero la compañía de teatro Comediants tiene otra tesis más romántica.

En la obra El gran secret, que se estrena esta noche en el festival Temporada Alta de Girona y cuya dramaturgia firma Albert Espinosa, los cambios en la tradición del galanteo se achacan a las modas impuestas por la historia del teatro, desde los hilarantes idilios de la comedia del arte hasta la alegría cantarina de los musicales.

El gran secret, que a partir del día 13 de este mes se representará en la sala Tallers del Teatre Nacional de Catalunya, es un gran retablo lleno de magia visual e interpretado por Guillem Motos, Txe Arana, Roger Julià, Maria Casellas y Toni González. En Barcelona también se podrá ver, entre los días 10 y 28 del próximo enero, una versión infantil del montaje, rebautizado para entonces como El petit secret.

"No queríamos hacer una historia del teatro, sino una declaración de amor a las diferentes formas de hacer teatro, y cómo han influido en nuestra manera de amar, a través de un recorrido por la tragedia clásica, el simbolismo, la mirada inocente de los payasos o el teatro contemporáneo, que convierte el amor en un combate de boxeo", explicó Joan Font en la reciente presentación de la obra.

El director de Comediants avanzó que uno de los proyectos que tiene entre manos es un musical sobre Joan Manuel Serrat. En la idea original de Espinosa, sus canciones tenían un papel muy destacado. Finalmente, el dramaturgo y el director decidieron reservar los temas de Serrat para otra ocasión.

Los personajes de El gran secret son gente del teatro que hace su trabajo sin la luz deslumbrante de los focos (acomodadores, regidores...), pero que esta vez tendrán que asumir el protagonismo de la función por un imprevisto. "La vida y el teatro son efímeros. La obra es también un canto de ternura que recoge la fragilidad de nuestra existencia. Es para un público familiar", remachó Font.

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