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Los forenses dicen que el arma descrita por King es compatible con las heridas de Rocío

La octava jornada del juicio que se sigue en Málaga por el asesinato de la joven de Mijas Rocío Wanninkhof en octubre de 1999 volvió a centrar la atención sobre el único acusado del crimen, Tony Alexander King. Los forenses que practicaron la autopsia al cadáver de la chica declararon ayer que las nueve heridas de arma blanca que presentaba el cuerpo son "compatibles" con la descripción de la navaja que declaró haber usado King para cometer el crimen.

Según los forenses, puede tratarse de una sola arma, con punta afilada, de un único filo y aguda, igual que la que describió el acusado a la Guardia Civil tras ser detenido por la muerte de la joven de Coín Sonia Carabantes en octubre de 2003. Según el relato de los forenses, presenciado por la madre de la víctima, Alicia Hornos, Rocío Wanninkhof tuvo una muerte "rápida", ya que la primera puñalada la recibió en la parte izquierda del pecho y fue la "más mortífera", ya que pudo afectar a órganos vitales y arterias pulmonares. El informe forense indica que a causa de esta primera cuchillada, Rocío pudo quedar inconsciente y que las ocho puñaladas que presenta el cadáver en la espalda, todas muy agrupadas, pueden indicar que el agresor quería asegurarse de que mataba a la joven.

Los forenses dijeron que una persona "sana" puede causar este tipo de lesiones "aplicando violencia" y puede, asimismo, transportar un cuerpo como el de Rocío Wanninkhof. Esto choca con las tesis de la defensa de King, que mantienen que el cuerpo tuvo que ser movido por más personas, para implicar así a Dolores Vázquez, absuelta tras pasar 17 meses en prisión.

Otros peritos que testificaron ayer aseguraron que varias huellas halladas en el lugar donde se depositó el cadáver de Rocío no identifican a Tony King. Estos testigos señalaron que se detectaron dos huellas dactilares no identificativas en las bolsas de basura con los efectos personales de la víctima, y otra anónima en una cinta adhesiva situada en una valla próxima al lugar donde apareció el cuerpo de la joven en la urbanización Altos del Rodeo de Marbella.

Otra de las conclusiones de los informes periciales es que el cadáver de Rocío, que se descubrió esqueletizado y en avanzado de descomposición 24 días después de la desaparición de la joven, no se sometió a la acción de ninguna sustancia corrosiva o ácido. Su lamentable estado se debió a las condiciones casi tropicales de la zona, que unidas a la acción de los vegetales, favorecieron la degeneración de los restos mortales.

Para la sesión de hoy, la penúltima de este segundo juicio por la muerte de Rocío Wanninkhof, se espera que testifiquen psicólogos, entre ellos, el responsable en la prisión de Alhaurín de la Torre del informe sobre Dolores Vázquez.

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