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ERNEST MARAGALL | Educación | La nueva legislatura catalana

Con su hermano, no; ahora, sí

Su hermano, el presidente saliente, intentó hacerle consejero de Universidades. No llegó a serlo porque el barullo fue grande y hubo resistencias a aquel intento de reestructuración planteado por sorpresa y pospuesto por los socios del tripartito. Ser hermano del presidente no le ayudó entonces. Ahora llega al Gobierno catalán con Montilla de presidente, en lo que parece una muestra de integración de las distintas sensibilidades del socialismo catalán.

De 63 años, economista, analista informático y sin experiencia en el mundo de la educación, Ernest Maragall es, sin embargo, un político de largo recorrido. Ha sido director general del Instituto de Informática de Barcelona; portavoz del Ayuntamiento de Barcelona; concejal de la Función Pública, primero, y de Hacienda, después, en la época de Joan Clos como alcalde; diputado en el Parlament, y secretario general de la Presidencia del Gobierno catalán con su hermano de presidente. No es el primer consejero del ramo que no proviene del mundo académico. Ya hubo un antecedente en los gobiernos de Jordi Pujol en el caso de Xavier Hernández, de Unió Democràtica.

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Un Gobierno para no repetir los errores del pasado

Como secretario general de Presidencia, ha sido un hombre clave para coordinar la labor política de los departamentos. Por ejemplo, desempeñando ese cargo ha tenido un papel de impulsor del plan de guarderías públicas, para crear 30.000 plazas municipales. Ahora es diferente. Llega nada menos que a la cúspide del segundo departamento, tras el de Salud, en volumen de gasto.

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