"Todos los hitos que nos marcamos desde el inicio se están cumpliendo"

Han pasado ya casi cuatro años desde que Agustín Zulueta, donostiarra de 38 años e ingeniero técnico industrial de profesión, empezase su peregrinar por empresas de todo el país con el objetivo de recabar patrocinios que le permitiesen "hacer de un sueño una realidad". Ahora, después de encontrarse por el camino "políticos que juegan a deportistas y deportistas que juegan a políticos" y de ser "muchas" las ocasiones en que pensó en abandonar, Zulueta, amigo del navegante Unai Basurko desde la infancia, se concentra en la dirección del Desafío Español, el barco que aspira a clasificarse para disputar en Valencia en abril de 2007 la próxima edición de la Copa del América, la más prestigiosa prueba del mundo de la vela. Profesional de la naútica deportiva desde 1987, ha tomado parte en la construcción del Bribón, el yate del rey Juan Carlos, y de otro barco para el actor Antonio Banderas. Una exposición, que incluye entre otros materiales uno de los barcos que el equipo ha utilizado, permanece abierta hasta finales de mes en el Museo Marítimo de Bilbao.

"La industria vasca, que siempre se ha destacado por la innovación de los materiales que desarrolla, está siendo de gran ayuda"

Pregunta. ¿En qué fase se halla actualmente el proyecto del Desafío Español?

Respuesta. En diciembre, comenzarán nuestras vacaciones, que servirán para prepararnos física y mentalmente. En estos momentos, los objetivos de 2006 están cubiertos. Estamos construyendo el nuevo barco, ESP-87, y ocupamos la cuarta plaza en la regata Louis Vuitton. Nuestro objetivo es acceder a las semifinales. [El ganador de esta prueba será el único barco con derecho a competir contra la embarcación suiza Alinghi, campeona en 2003, en la fase definitiva de la Copa del América]. No me gusta decirlo, pero creo que éste puede ser el proyecto de mi vida. Con la motivación que tenemos podemos llegar muy lejos. Estamos siendo un referente de la vela. Todos los hitos que nos marcamos desde el inicio se están cumpliendo.

P. Además de usted, ¿cuál es la implicación vasca en el Desafío Español?

R. Tenemos a dos guipuzcoanos, un alavés y cuatro vizcaínos, entre los que está Miguel Jauregui, capitán del equipo. Todos lo están viviendo con gran motivación, al ser algo nuevo para ellos. [Zulueta ya tomó parte en las ediciones de 1992, 1995 y 2000]. Por otra parte, la quilla y el bulbo del ESP-87 se están construyendo en el País Vasco, lo que prueba que la industria de aquí, que siempre se ha destacado por la innovación de los materiales que desarrolla, está siendo de gran ayuda al proyecto.

P. El Desafío Español dispone de un presupuesto de casi 60 millones de euros y un equipo de trabajo formado por más de centenar de personas. ¿Cómo sobrelleva usted estar al frente de la dirección?

R. Con mucho sacrificio, dedicación y coordinación. Una de las más partes más laboriosas de gestionar son los recursos humanos. Manejar y motivar a 128 personas de 13 países desplazadas durante tres años a Valencia requiere mucho esfuerzo, entrega e ilusión de todos.

P. ¿Estamos asistiendo a un resurgimiento de la vela deportiva vasca de la mano de usted y de Unai Basurko?

R. Creo que aún queda mucho por hacer. Me alegra ver que las instituciones cada vez tienen más inquietud por utilizar el mar y la vela como promoción de sus intereses. Eso es un logro, y creo que no se equivocan.

P. ¿Cree que todavía persiste la percepción social que vincula a la vela con el lujo?

R. En el mundo de la vela hay diferentes velas. Esto es como el motor. No todo es Fórmula Uno. Hay maneras de empezar en la vela que no son nada elitistas, sino todo lo contrario. Es un deporte que requiere muchísima menos inversión, en ciertas disciplinas, que otros que son mucho más populares. Tenemos mucho recorrido por delante.

P. ¿Se ve usted en un futuro en su ciudad, San Sebastián, desempeñando alguna función relacionada con el deporte de la vela?

R. Me gustaría, y cuanto antes. Me gustaría contar con un puerto deportivo en San Sebastián. Es difícil, pero sacar adelante el Desafío Español era mucho más complicado.