Los escritores rinden homenaje a Ayala como "ejemplo de tolerancia y libertad"
El escritor granadino Francisco Ayala fue el protagonista de un homenaje en el centenario de su nacimiento. Los escritores José Saramago, Luis García Montero, José Emilio Pacheco y Carlos Castilla del Pino y la mujer de Ayala, Carolyn Richmond, recorrieron distintos aspectos de la obra del autor granadino. García Montero señaló que Ayala "ha sido un ejemplo de tolerancia y libertad y un claro enemigo del dogmatismo". El Auditorio Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara (México) estaba abarrotado en la tarde del pasado domingo (madrugada de ayer en España) por un público deseoso de conocer la trayectoria vital y literaria del escritor granadino. Ayala, que ya ha cumplido cien años, no ha acudido a Guadalajara por razones de edad.
Saramago se centró en el exilio vivido por Ayala. "El que regresa del exilio y, sobre todo, si se trata de un exilio largo, seguirá siendo un exiliado", dijo el Nobel portugués. "Ayala regresó a España en 1976, a la edad de 70 años, y se encontró en una situación inmerecida. Teniendo su obra la importancia que tenía, el reconocimiento internacional de su mérito literario estaba en ese momento y lugar muy por debajo de su valor real", afirmó Saramago. El novelista portugués lamentó que la obra literaria de Ayala no hubiera tenido una gran trascendencia fuera del mundo hispánico, algo que le hubiera permitido alcanzar el Premio Nobel. Saramago recalcó que los homenajes dedicados a Ayala por su centenario hacen "justicia" a su figura. "Mejor tarde que nunca", concluyó.
Luis García Montero insistió en el carácter de "referente moral" de Ayala. El poeta resaltó la visión de un Ayala tolerante y amigo del diálogo y el intercambio de ideas. "Ayala ha sido un andaluz, un español, sin gritos. A Ayala no le ha hecho falta gritar para defender sus principios. Todos estamos agradecidos por su actitud moral en los años difíciles: en la República, en la Guerra Civil, en el exilio y a su vuelta del exilio, cuando se preguntó qué puede hacer un viejo republicano para ayudar a construir la nueva democracia española", comentó García Montero.
Carlos Castilla del Pino contó su impresión cuando conoció la casa de Ayala en Madrid. "Al visitar su casa no imaginé que fuera la de Ayala. Me pareció una casa con una enorme sobriedad, con pocos libros y pocos muebles. Me causó una impresión inquietante: la de alguien que no tiene atracción por los objetos, algo muy ligado al exilio o la desolación", relató Castilla del Pino.
Fénix
Carolyn Richmond recordó algunos aspectos de la obra del hombre con el que comparte su vida. "Ayala es mi marido y, al mismo tiempo, uno de mis temas favoritos en la crítica literaria. No ha podido venir a Guadalajara y envía recuerdos a todo el mundo", agregó. "Ayala está continuamente a lo largo de su vida resucitándose como escritor y como persona. Ayala ha tenido una vida un poco difícil, pero ha sabido aprovechar cualquier circunstancia y hacer una vida nueva en Buenos Aires, Puerto Rico y EE UU. La misma fuerza mental que tuvo para salir de sus enfermedades la ha tenido para salir adelante en distintos países. Yo le digo que él es el fénix", aseveró Richmond.
José Emilio Pacheco fue tajante a la hora de expresar su gran admiración por la obra del autor de Los usurpadores . "Ayala fue un personaje absolutamente decisivo en mi vida y mi trabajo. Nunca volverá a haber nadie como él. Es increíble el caso de un escritor que, como Ayala, tiene 81 años de producción incesante. El siglo XX es el siglo de Ayala, pero también es un hombre del siglo XXI", comentó Pacheco.
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