"No hay que pensar tanto en la audiencia como sustento económico"
Roberto Drago (Buenos Aires, 1971) se ha convertido en un rostro popular gracias a Héctor, en Hospital Central (Tele 5). El actor argentino, afincado en España desde los 14 años, se formó en el mundo del teatro y realizó una incursión en el mundo del cine, en La flaqueza del bolchevique. Sus proyectos pasan por consolidar aún más su personaje de la serie médica y por regresar a las tablas.
Pregunta. Hospital Central es una serie de amplia trayectoria. ¿A qué cree que se debe su éxito?
Respuesta. Yo creo que a la honestidad hacia el trabajo. Hay que intentar no pensar tanto en la audiencia como sustento económico, sino como espectadores. En nuestro campo, se debe intentar que los actores no se exhiban y sí que se expongan; a la hora de trabajar con los personajes hay que buscar riesgos, retos, y eso va de la mano con la honestidad.
P. Usted viene del mundo del teatro. ¿Cómo llega hasta el personaje de Héctor?
R. Es curioso, porque yo llegué tras hacer las pruebas de rigor, claro, pero el personaje al principio era muy diferente, estaba escrito casi en base a un estereotipo de "lo argentino". Intentamos humanizarlo y adaptarlo a mis propuestas y a las de los guionistas y creo que se salió ganando. Ahora es un personaje más vulnerable, quizá más frágil y, por tanto, más humano.
P. ¿Por eso Héctor se hace querer tanto por el espectador?
R. Sí, por eso se hace más cercano; pero se dan muchas más circunstancias: el trabajo con los compañeros es muy bueno, las relaciones entre los personajes son muy naturales y los hacen creíbles. En cualquier caso, todos los personajes han crecido. Héctor representa al inmigrante y al profesional, se relaciona con todas las clases sociales, ha pasado de residente a médico... Yo llevo unos 100 capítulos con él y eso se tiene que notar. Además, Héctor conoce mi historia y yo conozco la suya.
P. ¿Trabajar en una serie, al ritmo que ustedes lo hacen, ata demasiado profesionalmente?
R. Depende. Yo este año he hecho un corto que ha sido muy satisfactorio y también he trabajado como suplente en una obra de teatro en Madrid, en el Alfil. Uno se busca el tiempo como puede, aunque sirves a la serie, claro. En esta productora intentan ser flexibles, aunque si me llama un director para hacer de protagonista, pues es evidente que ya estoy comprometido.
P. Además, sigue siendo cierto que la televisión es lo que hace popular a un actor.
R. Sí; por ejemplo, la mayoría de mis compañeros hacen teatro, pero se les conoce por la serie. En una sala te ve un número reducido de personas y en Hospital tu trabajo lo ve tal cantidad de gente que eso es casi lo que determina de dónde eres: el espectador te considera actor de televisión.
P. ¿Cuál es su medio preferido?
R. Eso es muy difícil. El teatro provoca sensaciones muy fuertes, es el éxito o el fracaso instantáneo, el público forma parte del espectáculo... En televisión sabes si estás funcionando por las referencias que dan el director y el equipo. Son medios tan diferentes... en cine y televisión, esperas, repites, vuelves a esperar... Si estás bajo de energía tienes recursos para disimular, pero el teatro es hora y media de directo. Todo es muy relativo. Cualquiera preferiría hacer House en televisión que una mala película en cine.
P. ¿Cómo ve el estado actual de las series españolas? ¿Se ha acabado eso de compararlas con las ficciones estadounidenses?
R. Creo que cada vez más, en especial si el espectador puede identificarse con ellas. Hospital Central es una realidad "muy real", en la que la gente habla como tú y les pasan las mismas cosas. Las series estadounidenses tienen otras realidades, otros problemas... Además, están dobladas, con lo que por fuerza tienen que resultar más lejanas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.