Cambios cosméticos
La Unión Europea se encuentra en su último momento para poner fin a la amenaza que representan numerosos productos químicos altamente tóxicos, presentes en muchos bienes de consumo cotidiano. Sin embargo, las negociaciones entre el Parlamento Europeo, el Consejo de Ministros y la Comisión Europea parecen hallarse en un punto muerto, con los gobiernos ignorando los considerables beneficios que para la sociedad y el medio ambiente aportará una normativa europea exigente (50.000 millones de euros en un periodo de 30 años, según la propia Comisión). Aparentemente, prefieren una legislación débil para salvar los costes que la industria química debe afrontar por implantar esta normativa (estimados en 2.300 millones de euros en un periodo de 11 años según la propia Comisión).
El "compromiso" propuesto por la Presidencia finlandesa es pura cosmética. Mientras la mayoría de los europarlamentarios votó para sustituir las sustancias más peligrosas por alternativas más seguras siempre que sea posible, el Consejo ni siguiera ha abordado esta prioridad. Nuestros gobiernos están equivocándose al ceder a la presión de la industria química. Sin la "sustitución", esta propuesta de ley pierde su objetivo fundamental. Pedimos al Gobierno español que apoye las demandas del Parlamento, asumiendo la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos y el medio ambiente.
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