Candidatos con fecha de caducidad

Los siete millones de ecuatorianos que votan hoy comparten una misma inquietud: gane quien gane, ¿cuánto durará? La pregunta tiene sentido: ha habido ocho presidentes en 10 años y, de entre los últimos, uno fue declarado demente sin exámenes médicos y otros dos derrocados. Ninguno de los candidatos en liza, el conservador Álvaro Noboa y el izquierdista Rafael Correa, tiene la continuidad asegurada, porque ambos tendrán que poner en marcha una reforma política de calado que puede anticipar el fin de sus mandatos. Correa ha prometido un cambio radical, mientras que Noboa sabe que si no hace nada, el desencanto social acabará estallándole en las manos.

La credibilidad de los partidos y de los órganos de control como el tribunal electoral está muy cuestionada en Ecuador. Basta ver los resultados de la primera vuelta del 15 de octubre. Tras Noboa y Correa, el tercer partido más votado fue el del ex coronel golpista y ex presidente Lucio Gutiérrez. A cierta distancia, aparecen las dos agrupaciones tradicionales, la izquierda democrática y los socialcristianos. El rechazo que generan es lo que ha permitido que el magnate bananero Noboa dispute la presidencia por tercera vez y que Correa, cuyo partido tiene sólo un año, sea el rival.

"La reforma política es clave, ninguno de los dos puede evitarla", dice Paul Mena, director del diario digital Ciudadanía Informada, que destapó que los candidatos habían excedido con creces el gasto electoral permitido. El Partido Renovador Institucional de Acción Nacional (PRIAN) de Noboa ha invertido más de tres millones de dólares (2,29 millones de euros) y el movimiento Alianza País de Correa superó el millón. El candidato izquierdista no le huye a la reforma, por el contrario, quiere convocar una Asamblea Constituyente que cambie la Carta Magna.

Pero si gana, Correa apenas tendría apoyo parlamentario. Por su discurso, parece dispuesto a saltarse la negociación con las otras fuerzas políticas y echar mano de los movimientos sociales para forzar la reforma. Si lo hace, los poderes políticos y económicos le plantarán cara hasta hacer ingobernable el país. Correa ha advertido contra la "oligarquía política" y la "banca corrupta", y asegura que intentarán impedir su victoria con fraude.

Aunque la inmensa mayoría de ecuatorianos creen que hay que reformar el sistema político y "despolitizar" la justicia, temen que la intención de Correa sea garantizarse una Constitución a su medida. Correa ha dejado entrever que la única forma de luchar contra la "oligarquía" es siendo tan fuerte como ésta. Mensaje que huele a chavismo y a la Bolivia de Evo Morales, y que asusta a la gente.

"Correa ha caído en su propia trampa. Para ganar popularidad en la primera vuelta no presentó candidatos al Congreso y llamó a boicotear la elección de diputados", dice el analista político Gonzalo Ruiz. "Ahora no tiene legisladores, ni atribuciones para poner en marcha la Asamblea Constituyente". Por su parte, Noboa pertenece a la "partidocracia" que quiere derribar Correa, por lo que no se espera que haga grandes cambios políticos, aunque ha dicho que impulsará la "despolitización" del Tribunal Supremo y del Constitucional. Pero los analistas creen que el riesgo de que tienda a la concentración de poderes es enorme. En ese caso, los partidos como el indigenista Pachakutik y los de izquierda "sacarán a su gente a la calle. Otra crisis y, tal vez, otra presidencia que acaba antes de lo previsto", opina Ruiz.

Ante este panorama, es imposible no recordar la famosa carta que el libertador Simón Bolívar envió en 1830, un mes antes de morir, al general ecuatoriano Juan José Flores. "Usted sabe que yo he mandado 20 años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos: 1. La América es ingobernable para nosotros. 2. El que sirve a una revolución ara en el mar. 3. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4. Este país caerá en manos de una multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas...". Flores fue el primer presidente de la República del Ecuador.