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Reportaje:

El precio de una vía abandonada

El Ayuntamiento dice que Fomento le reclama 200 millones por el trazado de un viejo tren

Jesús Sérvulo González

Los vecinos de la Alameda de Osuna, en el distrito de Barajas, están desilusionados. El Ayuntamiento de Madrid aprobó el pasado 21 de septiembre en junta de gobierno el proyecto definitivo para convertir la vía de la gasolina en un paseo verde. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, se comprometió a comenzar las obras en diciembre. Pero una pequeña parte de la zona pertenece al Administrador de Infraestructuras ferroviarias (Adif), dependiente del Ministerio de Fomento. Según el Ayuntamiento, Adif reclama 195 millones de euros por esos terrenos abandonados.

"La vía de la gasolina se ha convertido en una herida para los vecinos de Barajas y San Blas", asegura el coordinador general de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Francisco Panadero. Para solucionar el problema, el Consistorio aprobó el plan parcial para transformar las ocho hectáreas de suelo en desuso en un gran paseo verde.

La vía de la gasolina se ha convertido en una herida que divide un barrio de Barajas

"No sabemos nada. Sólo que está paralizado", explica Andrés Martínez, portavoz de la asociación de vecinos de la Alameda de Osuna. "El Ayuntamiento nos ha dicho que Adif les ha pedido 195 millones por la cesión de unos terrenos de la zona", sostiene Martínez.

Panadero asegura que Adif presentó durante una reunión una tasación inmobiliaria de los terrenos que ascendía a cerca de 200 millones de euros. "Contemplan el suelo como si fuera urbanizable y es para hacer un parque público", se queja Panadero y añade: "Estamos dispuestos a pagar algo por los terrenos, pero no esa cantidad". El Ayuntamiento considera que el suelo de Adif está valorado en unos tres millones de euros.

Un portavoz de Adif aseguró ayer que "el organismo ha hecho sus deberes, ha desafectado los terrenos". Desde Adif reclaman al Consistorio que dé el siguiente paso. "El Ayuntamiento tiene que hacer el expediente de expropiación y fijar un justiprecio sobre los terrenos y entonces comenzará la negociación", añade el portavoz de Adif.

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Ambas administraciones suscribieron un convenio en 1999 para integrar el ferrocarril en el ámbito urbano. "Pero Adif no quiere colaborar con los vecinos. No entiendo por qué no podemos llegar a un acuerdo", se lamenta Panadero.

El proyecto municipal, aprobado en septiembre, consiste en eliminar la vieja estación abandonada y sustituirla por una avenida ajardinada de unos tres kilómetros. En total, el Ayuntamiento tiene previsto gastarse unos 19 millones de euros. La zona comprendida entre la avenida de Logroño y la de la Hispanidad es conocida como la vía de la gasolina. Por allí discurre una vía férrea abandonada que era utilizada para llevar combustible al aeropuerto de Barajas. "Ahora no queda un raíl", apunta un vecino. Esta vía está en desuso y divide la Alameda de Osuna en dos.

Los vecinos se quejan porque están "pillados entre las administraciones. Nos preocupa que Adif demore un proyecto que llevamos esperando 23 años", cuenta Martínez. La asociación vecinal consiguió que el Ayuntamiento recogiera sus propuestas en el proyecto.

El Ayuntamiento adjudicará mañana la obra y comenzará los trabajos el próximo diciembre. "En caso de no lograr un acuerdo iniciaremos un proceso de expropiación", sostiene Panadero.

Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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