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Reportaje:

Dirigir el 'swing' del turista de golf

La feria más relevante sobre turismo de golf reúne en Marbella a 740 profesionales que pujan por atraer a los jugadores

Javier Martín-Arroyo

"El turista del golf busca espacios libres y no bloques de 20 pisos. Hay que ser muy prudentes con la naturaleza, y los andaluces a veces se olvidan de eso". El touroperador holandés Jart Sluiter avisa de los peligros que asoman para la oferta andaluza de campos de golf, pero a continuación no duda en definirla de "brillante". Sluiter es dueño de la agencia Dutch Golf Travel y posee tres campos de golf. Sabe de lo que habla. Asesora a campos andaluces como los ubicados en Chiclana (Cádiz), y conoce bien la pujanza de Andalucía como primer destino europeo del turismo de golf.

Sluiter ha acudido esta semana a Marbella, una ciudad hastiada de escándalos políticos, para asistir a la Internacional Golf Travel Market, el mercado internacional del turismo de golf donde se mueven las cifras más gruesas y los mayores contratos del sector. Hasta mañana, touroperadores brasileños, americanos o indios, hoteles y campos de golf de 870 compañías deciden los destinos de los jugadores amateurs de todo el mundo en busca de su mejor swing rodeados del entorno ideal. La diversidad es su bandera, y hay agentes de países como Kenya, Dubai, China y Doha.

El turista de golf supuso en 2005 para la región 511 millones de euros

Aquí se puede comprobar la curiosa evolución del turista de golf tipo. Antes era un hombre que viajaba solo o acompañado de amigos. Desde 2000 la situación ha cambiado, y cada vez viaja más a menudo acompañado de su mujer, que decide el destino en función de las alternativas cuando se aburre de meter la pelota en el hoyo.

"Las estadísticas no mienten. La mujer siempre decide el destino de la pareja, y así vemos cómo los campos de golf con atractivos diversos alrededor ganan puntos en el mercado", explica Peter Walton, director de la Asociación Internacional de Touroperadores de Golf, nacida en 1997 para darle empuje a un sector ya entonces consolidado.

Desde hoy, vendedores de hoteles y campos de golf intentan seducir a los touroperadores en breves encuentros cara a cara de 20 minutos. En la fugaz cita hay que enumerar las bondades del destino, ofrecer atractivos paquetes para el jugador, y cuantas más alternativas de otro tipo de ocio, mejor. Logidhasan Thanaraj busca que Tailandia amplíe su mercado europeo, y ofrece a los españoles descubrir su país a través del golf por 1.800 euros. El paquete incluye los billetes, disfrutar de spas, terapias de agua y aventuras en la selva, conocer la gastronomía oriental...

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Nadie puede dormirse en los laureles. El del golf es un mercado turístico tan frágil que el 70% de los jugadores busca nuevos destinos. Y el 60% de ellos se guía por el boca a boca. Esto obliga a los profesionales del sector a estar muy alerta.

Entre el acento cockney de los chicos británicos disfrazados de verde por la organización, Jaime Bosh, presidente del Comité Comercial de la Federación Andaluza, defiende el papel de los 97 campos de golf de la región, que recibieron 364.000 turistas el año pasado. "Si la Costa del Sol es el destino más maduro y Cádiz está consolidado, Huelva y Almería son los mercados emergentes de la comunidad", explica satisfecho.

Mientras el sector está a la espera del prometido decreto que regule su actividad por parte de la Junta, Bosh recuerda sus cualidades: "El clima sigue siendo inmejorable, mientras que las infraestructuras y la relación calidad-precio permiten una diversidad de destinos muy atractiva".

El turista de golf supuso en 2005 para la región 511 millones de euros, debido a que su perfil económico es muy alto, y reside en hoteles de cuatro y cinco estrellas, además de mantener un gasto diario de 90 euros, casi 40 euros por encima de la media. Por si fuera poco, su estancia media es casi el doble de lo habitual (13 días).

A pesar de que los turistas británicos y alemanes permanecen a la cabeza de los jugadores, el turista nacional está al alza. La valoración de los campos alcanza los 7 puntos sobre diez, y sus responsables parecen satisfechos porque el hecho es que el negocio funciona.

Las principales quejas de los touroperadores del sector surgen debido a la falta de campos, que provoca que los jugadores a menudo deban esperar su turno, y la práctica sea más incómoda entre green y green.

Al parecer, la conciencia verde cala cada vez más entre los jugadores, y muchos preguntan a los touroperadores sobre el uso del agua reciclada de los campos antes de contratar un destino concreto. "En Holanda la naturaleza es fundamental y mientras el nivel del mar crece, sufrimos el peligro de inundarnos. A nadie le importa que el campo huela mal si es porque el agua ha debido ser tratada", concluye Sluiter.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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