Del silencio a la creación

Una de las mayores fuentes de inspiración es el silencio. Al menos así lo afirman los sabios budistas, para quienes alejarse del ruido mundano es el primer paso para poder detener el pensamiento y ser absolutamente consciente, la finalidad última de la existencia. La práctica de la meditación, por ejemplo, relaja la mente y fomenta la creatividad, según la doctrina de esta religión milenaria, que más bien parece un método psicológico, cuyo sin es erradicar la insatisfacción y el sufrimiento.

En España, uno de sus máximos exponentes es el venerable lama Jamyang Tashi Dorje Rinpoché (Barcelona, 1951), más conocido como Lama Blanco, que dirige el monasterio budista tibetano Sakya Tashi Ling, situado en el parque natural del Garraf. Desde allí instruye a 20 monjes residentes y lidera una comunidad formada por más de 500 discípulos y seguidores. Pero su actividad religiosa no tiene nada de convencional. Aunque dedica una media de siete horas diarias a la meditación y recibe numerosas visitas de personas aquejadas de problemas físicos y psíquicos, el Lama Blanco todavía encuentra tiempo para materializar la energía creativa que brota de su ser.

Entre otras iniciativas para divulgar los principios del budismo y recaudar fondos para cubrir los gastos del monasterio, este maestro espiritual escribe libros y compone música. Y en ambas disciplinas está cosechando éxito. Recientemente ha sido galardonado con el Premio Espiritualidad 2006 (Martínez Roca Ediciones), dotado con 20.000 euros, por la novela El camino del héroe. En ella se narra el giro de 180 grados que da la vida de un opulento hombre de negocios que, entre tanta preocupación mundana, no acaba de encontrar la felicidad.

Para argumentar ese cambio de sentido, el Lama Blanco introduce al lector en el misticismo procedente de la India, sobre todo a partir de los principios esenciales de Buda (563-483 antes de Cristo), "más necesarios hoy que nunca", afirma. Entre ellos, destaca la necesidad de "hacer consciente el proceso de nuestra mente", que es la que nos produce todo el sufrimiento. "Sufrimos porque nos identificamos con nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestras emociones y, al fin y al cabo, con el personaje que hemos ido creando con el paso del tiempo", explica el Lama Blanco. "Pero esa identificación, también llamada ego, es una ilusión provocada por nuestra mente", insiste. En cambio, "si prestamos más atención a nosotros mismos, en vez de distraernos con las circunstancias externas, poco a poco seremos más capaces de controlar la forma en que interpretamos lo que nos rodea". En su opinión, el mayor problema de la sociedad occidental es que "fomenta todo lo contrario de lo que el hombre realmente necesita".

Pablo Álvarez, editor y director general de Martínez Roca Ediciones, explica que "esta novela puede ser un primer paso para que los escépticos se acerquen al misterio que envuelve el camino espiritual", que no es más que buscar la manera de "estar bien con uno mismo". En su opinión, a pesar del materialismo y del racionalismo imperantes en la sociedad actual, "este tipo de obras cada vez tienen más aceptación entre el público".

Lo cierto es que, según la jerarquía elaborada por el psicólogo transpersonal Abraham Maslow, en la medida en que el hombre va cubriendo sus necesidades fisiológicas, de seguridad, de afecto y de reconocimiento, aparece la necesidad de autorrealización, que tiene mucho que ver con "la trascendencia mística" del budismo.

Sea como fuere, esta religión está creciendo lenta pero paulatinamente en España. Y en parte es gracias a la labor divulgativa del Lama Blanco, también responsable del éxito musical Monjes budistas Sakya Tashi Ling, un CD del que ya se han vendido más de 200.000 ejemplares en este país y que está empezando a sonar en las emisoras de radio del mundo entero.