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CiU reclama la presidencia del Parlament para Núria de Gispert

Miquel Noguer

Perdida la presidencia de la Generalitat, Convergència i Unió piensa batallar, aunque sea de forma simbólica, para que no se les escape tan fácilmente la presidencia del Parlament. Por este motivo, la federación nacionalista presentará formalmente el próximo viernes la candidatura de la democristiana Núria de Gispert para presidir la Cámara, una candidatura que competirá con la de Ernest Benach, avalada por los tres grupos de la izquierda. Aunque los nacionalistas saben que poco o nada podrán hacer sus 48 votos frente a los 70 que suma el tripartito, el portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, reclamó ayer la presidencia del Parlament para su formación por una cuestión de "decencia democrática".

Puig defendió que el Parlament, como Cámara de representación de los ciudadanos catalanes, "debe representar la opinión mayoritaria" y, consecuentemente, "la presidencia debe ser para la formación más votada". Por este motivo instó al resto de las fuerzas política a que "si les queda alguna migaja de decencia democrática, entiendan que, configurada ya la mayoría de gobierno, el Parlament debe presidirlo la primera fuerza política del país".

De haberse seguido este criterio en anteriores legislaturas, el democristiano Joan Rigol no habría sido presidente de la Cámara entre 1999 y 2003, cuando el PSC se quedó en la oposición pese a ser la fuerza más votada. Tampoco el socialista Joan Reventós lo habría sido en 1995, pues Convergència i Unió ganó los comicios en votos y escaños.

Si finalmente se confirmase a Benach como presidente del Parlament, CiU se tendría que conformar con una vicepresidencia segunda de la Cámara, que sería para Ramon Camp, y una secretaría segunda de la Mesa del Parlament, para Antoni Castellà.

El enfado de CiU ha motivado que los nacionalistas, en su reestrenado papel opositor, recuperen fórmulas ya utilizadas para combatir la figura de Pasqual Maragall, a quien el año pasado no pararon de repetir que carecía de "capacidad moral" para dirigir la Generalitat y la negociación estatutaria. Ayer Felip Puig volvió a utilizar este término para referirse a José Montilla y para decir que el "líder moral" de Cataluña no es otro que Artur Mas.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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