Cárcel para los incendiarios de Colas Otaduy

El Juzgado de lo Penal número 2 de San Sebastián condenará a tres años de cárcel y a pagar una multa de 1.080 euros a cada uno de los dos hombres que incendiaron en marzo de 2005 la empresa Colas Otaduy y otras dos compañías del Polígono 27 de Astigarraga, que sufrieron daños de más de cuatro millones de euros.

La Fiscalía reclamaba en principio cuatro años de prisión y una multa de 8.640 euros para cada uno de los imputados, dos jóvenes indigentes que cuando ocurrieron los hechos tenían 19 y 29 años y que ayer se conformaron con la rebaja de un año de cárcel que el Ministerio Público hizo en la vista oral.

Esta reducción de pena fue posible gracias a un acuerdo alcanzado por el fiscal, las acusaciones particulares, que ejercían las empresas afectadas y sus aseguradoras, y las defensas de los imputados, por el cual los jóvenes admitieron los hechos y los afectados se reservaron la posibilidad de reclamar las indemnizaciones económicas a través de un procedimiento civil aparte.

Las empresas afectadas y sus compañías de seguros demandaban cuantiosas cantidades económicas, a pesar de que los acusados se han declarado insolventes, y penas de cárcel. La más elevada de ellas la reclamaba Colas Otaduy: 14 años de reclusión para cada uno de los procesados por un delito de daños mediante incendio con el agravante de haber puesto en peligro la vida de las personas.

Los dos procesados incendiaron el pabellón de Colas Otaduy, que ocupaba 5.000 metros cuadrados y en el que trabajaban 50 operarios, sobre las 15.00 horas del 6 de marzo del año pasado, cuando dieron fuego a "cuatro depósitos de plástico" ubicados en unas "jaulas metálicas" que "contenían resinas inflamables". La nave quedó totalmente arrasada por las llamas, que alcanzaron varios metros de altura y provocaron una densa humareda.

Además de arrasar las instalaciones de Colas Otaduy, el fuego causó importantes daños en otras dos empresas cercanas: Construcción y Reparación Gogor y Comercial de Vehículos Beral, así como en un camión y un semirremolque que estaban aparcados en las proximidades.

Agentes de la Ertzaintza detuvieron al más joven de los incendiarios en San Sebastián en mayo de 2005, mientras que el segundo, de nacionalidad portuguesa, fue arrestado en julio de ese mismo año en Francia.