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35 muertos en un doble atentado contra un centro de reclutamiento de policías en Irak

El primer ministro Maliki acusa a ministros de deslealtad y anuncia cambios en el Gobierno

Irak vivió ayer un día muy sangriento: cerca de cien muertos en un rosario de incidentes. Un doble atentado suicida causó la muerte de 35 aspitantes a policía y heridas a 53 en un centro de reclutamiento al oeste de Bagdad. La violencia sectaria tuvo un episodio extremadamente peligroso: milicianos suníes asaltaron un microbús en Latifiya, al sur de la capital, mataron a 10 pasajeros y secuestraron a 50. La mayoría, chiíes. El primer ministro, Nuri al Maliki, acusó a varios ministros de deslealtad, al estar más interesados en sus partidos que en el país, y prometió cambios.

EE UU ha presentado el enésimo plan para acabar con la violencia y disolver las milicias

Patrullas armadas recorrían anoche la zona de Latifiya -donde fueron asesinados en 2004 los agentes del CNI español- en busca de los secuestrados. Se trata de un área mixta en la que conviven las dos confesiones y que desde hace dos años se le conoce como el triángulo de la muerte. Según los testigos, los asaltantes colocaron un control en medio de la autopista y tras comprobar la identidad de los viajeros mataron en el sitio a 10 y se llevaron al resto.

Abdul Karim al Anzi, un destacado líder chií advirtió de que los jefes de las tribus (chiíes) estaban armado a los hombres para sumarse al rastreo y vengar cualquier nueva muerte que se pueda producir. La situación es, en su opinión, explosiva y exige la rápida intervención del Gobierno para evitar una carnicería.

El día comenzó con un atentado contra un centro de reclutamiento de la policía. Dos hombres detonaron los explosivos que llevaban adheridos a sus cuerpos de forma simultánea a las 10 de mañana (dos horas menos en la España peninsular), informó a Associated Press el teniente Maitham Abdul Razaq. El ataque se produjo en el exterior del cuartel, en la plaza Nissur, al oeste de la capital, cuando decenas de jóvenes se agolpaban para inscribirse en uno de los pocos empleos remunerados que existen en el actual Irak. Al menos 35 personas perdieron la vida y 53 sufrieron heridas. Otras 11 murieron en diversos incidentes en la capital, tanto en barrios suníes como chiíes. En el céntrico distrito de Karrada, el pulmón comercial de la ciudad, fue abatido el general Abdul-Mutalib Hassan, uno de los jefes del espionaje militar. Al norte, en Baquba, cinco personas fallecieron en un tiroteo.

La policía descubrió una treintena de cadáveres en zonas de la capital y de la vecina provincia de Diyala. Todos maniatados, con los ojos vendados y señales de haber sido torturados y con terribles mutilaciones. Es la firma de los escuadrones de la muerte, tanto los chiíes como los suníes. Otros tres cuerpos se recuperaron del río Tigris, cerca de la aldea de Suwayrah, a 40 kilómetros al sur de Bagdad.

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Es una situación que preocupa al Gobierno iraquí y a Estados Unidos. El Ejército estadounidense ha presentado un enésimo plan para acabar con la violencia sectaria en la que se recoge como primera medida la disolución de todas las milicias, algo a lo que se niegan los chiíes, que cuentan con dos, la brigada Badr, brazo armado del principal partido político, el Consejo Supremo de la Revolución Islámica Iraquí, y el Ejército del Mahdi, dirigido por el polémico clérico Múqtada al Sáder, opuesto a la presencia de las tropas extranjeras y que tiene su bastión en Ciudad Sáder, en Bagdad.

El primer ministro Nuri al Maliki está bajo presión, sobre todo después de los resultados electorados de EE UU. Su principal valedor, la Casa Blanca, necesita resultados a corto plazo.

El primer ministro recibió ayer muchas críticas durante la reunión con los diputados. La mayoría de los representantes acusaron al Gabinete de pasividad, cuando no de complicidad activa con los asesinatos de civiles suníes. Incluso algunos chiíes dijeron que no era suficientemente duro con las milicias de su confesión, una referencia al Ejército del Mahdi. "Sus discursos están afectando a la situación de seguridad. Todos ustedes tienen milicias y no voy a aceptar un Gobierno formado por milicianos", se defendió Maliki.

Dhafer al Ani, diputado del Frente para el Acuerdo Iraquí, suní, dijo después que la intervención del primer ministro había sido "decepcionante porque es a nosotros a los que están matando". La oficina del primer ministro aprovechó este encuentro para anunciar una profunda reestructuración del Ejecutivo. Maliki quiere escapar de los ministros políticos impuestos por sus partidos y buscar técnicos que puedan mejorar la situación.

Ayer, tanto los soldados británicos, al sur, como los estadounidenses en la provincia de Anbar, sufrieron bajas. Cuatro militares de Reino Unidos perdieron la vida tras la explosión de un artefacto al paso de su lancha neumática, con la que patrullaban el estuario del Chat el Arab, cerca de Basora. Las muertes fueron confirmadas desde Londres. Con ellos son 125 los soldados brítánicos muertos en Irak. El Ejército de Estados Unidos informó ayer de la muerte de tres de sus soldados a consecuencia de las heridas recibidas en un enfrentamiento con insurgentes. Con ellos, el número de militares norteamericanos muertos desde el inicio de la guerra se eleva 2.847.

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