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Crónica:SÁBADO 4 DE NOVIEMBRE / ERC se decide | El nuevo Gobierno catalán
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Cena de pacificación" entre Carod y Puigcercós

Esquerra, y especialmente Carod, se deleita en la dulce hora de dejarse querer y aprovechar las ofertas de ambos negociadores: convergentes y socialistas. Pero los de Puigcercós quieren cerrar cuanto antes el pacto con la izquierda. "Desde la campaña y, especialmente, desde el DVD publicitario de CiU, nuestras relaciones habían vuelto a deteriorarse", medita en voz alta un dirigente de ERC.

Los republicanos tienen el alma dividida: Carod es partidario de negociar con el PSC y lograr un Gobierno de izquierdas, aunque manteniendo la línea de contacto con CiU para sacar el máximo rédito posible, mientras que el secretario general republicano, Joan Puigcercós, apuesta por un nuevo tripartito ya. Mas, aseguran en CiU, no ofrece poco en la reunión que mantiene con Carod: un tercio de carteras del Gobierno, además del cargo de consejero primero para el presidente de ERC. Pero los republicanos recelan; temen la ruptura del eventual pacto al cabo de unos meses y un Gobierno de CiU en minoría con apoyos externos, con todas las bendiciones del PSOE y la resignación de un PSC moneda de cambio, ya en la oposición.

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"Durante la campaña nos han dicho de todo, incluso que somos como una plaga de langosta para Cataluña; ¡cómo podemos pactar con ellos!", espeta un alto dirigente republicano del sector de Puigcercós -que controla la ejecutiva de ERC- en uno de los múltiples contactos que celebra la cúpula de Esquerra a lo largo del día.

Mientras los independentistas fijan posición, el consejero de Economía, Antoni Castells, un peso pesado del partido, acude junto a otros dos compañeros de formación, el viceprimer secretario Miquel Iceta y el secretario de Organización José Zaragoza, a reunirse con el triunvirato negociador de ERC, integrado por el jefe de campaña, Xavier Vendrell, y dos dirigentes de la formación, Jaume Oliveres y Ernest Benach, presidente del Parlament y hombre de total confianza de Carod. Los socialistas tímidamente insinúan que Carod no puede ser primer consejero -lo que incluye tareas de coordinación del Gobierno, a modo de primer ministro-, pero que están dispuestos y resignados a que el líder republicano ocupe un puesto en el nuevo Gabinete. Hay voluntad de acuerdo, pero todo está muy abierto.

Algunas voces piden que Carod tenga la portavocía y sea primer consejero. Pero el sector de Esquerra cercano a Puigcercós no ve con malos ojos la propuesta de que Carod obtenga "una consejería pelada", como afirma uno de los dirigentes de este sector. Y es que el airado litigio entre Carod y Puigcercós ha vivido en las últimas semanas varios densos episodios. Uno de ellos era la profecía no cumplida de que en ERC se registraría el relevo de Carod por Puigcercós. Es decir, que estallaría una suerte de noche de San Bartolomé entre hugonotes y católicos si Esquerra quedaba por debajo de los 20 diputados en los comicios. Como obtuvo 21, la crisis quedó aplazada, si bien latente.

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Así que, durante todo el día, Esquerra, polifacética, pugna por ponerse de acuerdo y dilucidar qué camino tomar entre las tentaciones de Mas o la sobriedad espartana de Montilla. Los republicanos acumulan sobre sus espaldas la experiencia histórica de haber sido fagocitados por CiU en los ochenta y luego tener que renacer de las cenizas.

Así que, ese sábado por la noche, Carod y Puigcercós celebran lo que fuentes del partido denominan "cena de pacificación" en un restaurante barcelonés: ERC, dejando de lado rencillas y personalismos, se decanta por un Gobierno de izquierdas.

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