El inspector general del Ejército alaba la colaboración con las autoridades civiles
Francisco Boyero se despide de Cataluña y pasa a la reserva
El inspector general del Ejército, Francisco Boyero Delgado, se despidió oficialmente de Cataluña anteayer en una reunión con el presidente en funciones, Pasqual Maragall, y su sucesor en el cargo, José Montilla. Durante el acto, desarrollado en Capitanía General, todos coincidieron en resaltar el gran entendimiento que ha existido entre las diferentes instituciones. Prueba de ello, dijo, la comunidad catalana es la única que cuenta con un organismo específico para tareas de interlocución entre ambos.
La presencia del teniente general Boyero en Barcelona ha dejado una importante huella: la modificación de la organización del Ejército, basada desde hace más de tres siglos en capitanías o mandos regionales, por un sistema más funcional y operativo. Boyero no olvidó ayer referirse a este cambio, del que deriva la creación de la Inspección General del Ejército, cuya dirección ha ejercido durante cuatro años, y de cuyo mando dependen las competencias de infraestructuras, mantenimiento y seguridad de los cuarteles militares. Desde dicho departamento se coordinó el pasado verano el apoyo a la Administración gallega, necesitada de ayuda ante la oleada de incendios, y el apoyo logístico en la visita del Papa a Valencia. Boyero también enfatizó la colaboración en la construcción de un puente sobre flotantes, ubicado en las inmediaciones del Fórum de las Culturas, por el que circularon más de 40.000 vehículos.
"No puedo dejar de mencionar los cambios políticos que se han producido: cuando llegué a Barcelona en marzo de 2003, había una administración en el Ayuntamiento, otra diferente en la Generalitat, y otra distinta en el Gobierno de España; un año después las tres administraciones estaban apoyadas por organizaciones políticas afines", explicó ayer Boyero, "habiéndose mantenido en todo momento la gran armonía que siempre ha existido entre las autoridades civiles y el representante de la Fuerzas Armadas".
Boyero, natural de Cañete de las Torres (Córdoba), pasará a la reserva el próximo 18 de noviembre. En su despedida, dijo que quedarán en su recuerdo "muchos emblemas del Principado: Montserrat, Ripoll, Poblet...". Abrazó a Maragall y salió contento. Y es que el contacto con "sus gentes me ha enriquecido como persona", confesó para cerrar el acto.
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